La semana anterior, los gobernadores de 9 entidades federativas exigieron la renuncia inmediata del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ya que lo acusan de que la estrategia de contención está fallando, por lo que piden que se ponga al frente a un experto en la materia, con conocimiento para entender los temas de esta crisis de salud tan grave como la que estamos atravesando. La exigencia de la renuncia del subsecretario se dio luego de la reunión que tuvieron los mandatarios estales con el equipo jurídico de la Secretaría de Salud, en la que se deslizó la propuesta de castigar con sanciones administrativas y penales si no se respetan las disposiciones de la Secretaría.

Los gobernantes que critican la estrategia del subsecretario y que suscribieron en un primer momento el documento (salvo Javier Corral, que se deslindó de su contenido), se adscriben a la denominada Alianza Federalista, y son los mismos que han pedido al gobierno federal que se revise el pacto fiscal, ya que buscan más recursos para sus entidades. Las críticas que realizan los mandatarios serían bienvenidas si vinieran acompañadas de una autocrítica, porque no todos han realizado una buena gestión de la pandemia desde su gobierno.

Por ejemplo, uno de los firmantes, el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval, al comienzo de la crisis negó la atención a los enfermos que no fueran de su estado, pidió que toda la población saliera para que se contagiaran y así acabar más rápido con la pandemia, y además autorizó la apertura de los antros y bares, a pesar de ser una de las actividades de mayor riesgo de contagio del virus. Habrá que estar más atentos para atender lo que sucede en el estado, ya que la gente de Pabellón de Arteaga, decidió celebrar una fiesta de XV años en la que acudieron más de 800 personas, en la que por supuesto, no cumplieron con las medidas sanitarias.

Las diferencias entre los gobernadores y el subsecretario no se deben traducir en una exigencia inmediata de su renuncia. Se debe anteponer la coordinación y el diálogo para resolver los problemas en conjunto, ya que la falta de colaboración y compromiso trae consigo errores y al final, los más afectados son los ciudadanos. La dificultad de los tiempos amerita el compromiso de todos, debido a que la coordinación se traduce en buenos resultados.

Hace unas semanas, el presidente López Obrador acudió a Guanajuato con el compromiso de sumar esfuerzos para darle seguridad y paz a la entidad, así como dejar de echarse la culpa y trabajar coordinadamente para reducir la violencia.

Contrario a los que aseguraban de que se trataba de un acto para tomarse la foto, hoy vemos que la coordinación rindió frutos, con la captura de José Antonio Yépez, conocido como “El Marro”.

La situación obliga a dejar atrás la politiquería y la tentación de utilizar ciertos temas con interés electoral. Cuando hay coordinación entre los gobiernos estatales y la federación las cosas funcionan. Ante una amenaza a la seguridad de los ciudadanos, como los grupos delictivos, e incluso con el tema del coronavirus, no hay gobierno que pueda solo. Esperemos que los gobernadores dejen atrás la confrontación y antepongan el interés común.

* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).

@ArturoAvila_mx