A unos cuantos meses de la implantación de la Reforma Laboral se han dado enfrentamientos, despojos y pugnas por parte del Sindicato Minero encabezado por Napoleón Gómez Urrutia.

Resulta que el senador de la 4T se ha dedicado a conformar pequeños grupos de choque dentro de las empresas para que dividan a la base y generen caos en los centros laborales.

El objetivo, aseguran quienes estuvieron en estos grupos, es convencer e incluso amenazar a los trabajadores de conformar un nuevo sindicato. El truco está en prometer a los sindicalizados mejores salarios y prestaciones que simplemente no se pactarán. Con esos engaños lograron afiliar a unos cuantos y así obtener sin el menor cuidado el registro como nuevo sindicato por parte de la Secretaría del Trabajo.

Aseguran abogados que tras la conformación de estas células existe algún tipo de “ayudadita” por parte de la autoridad laboral al senador de Morena, ya que los registros se dan de manera exprés e incluso sin confirmar la existencia de los trabajadores, además advierten que hay casos donde las afiliaciones son con trabajadores inactivos o bien quien hace los trámites presenta sólo copia de la credencial de elector, asegurando que éstos están de acuerdo en unirse a la nueva organización.

Analistas del sector obrero indican que los grupos conformados por Napito llegan con la firme intención de arrebatar el Contrato Colectivo de Trabajo para, como ya es costumbre, extorsionar económicamente a las empresas en beneficio del morenista.

Como líderes sindicales y legisladores hacemos un llamado a la Secretaría del Trabajo, en específico al director de Estrategia Institucional de la dependencia, Francisco Aarón García Frías, quien es encargado de entablar pláticas desde principios de año con el Sindicato Minero de Napito y con Sergio Beltrán Reyes, miembro de ese sindicato y brazo derecho de Napo para todo tipo de gestiones.

Es importante que la STPS ponga focos rojos en la autorización y aval de estos grupos de choque disfrazados de sindicatos, ya que engañan a la base trabajadora y enturbian los ambientes laborales. Con registro en mano, estos nuevos sindicatos exigen participar en las negociaciones obrero-patronales y ya hasta han exigido el pago de las cuotas sindicales.

No estamos en contra de la Reforma Laboral, por el contrario, aplaudimos que la base pueda elegir de manera libre, directa y secreta a sus representantes, sin embargo, no podemos ser omisos de la creación de estos grupos que pasan de la libertad sindical al libertinaje.

Fuimos testigos como el libertinaje que dio la reforma se materializó en un enfrentamiento a las puertas de la Minera Fresnillo, en Zacatecas, cuando un grupo de golpeadores armados intentó amedrentar a los trabajadores del Sindicato Frente para que se incorporaran al Sindicato Independiente, propiedad de Gómez Urrutia.

Podemos estar entrando a la fuerza a nuevas reglas, en donde lo que menos importa a quienes las están dictando son los trabajadores, la paz laboral y la competitividad de nuestro México.

Dejen de ser presa del canadiense que se sirve de los mineros, del senador que legisla para beneficiar a Estados Unidos y Canadá, del que asegura que hay preocupación en el T-MEC por la supuesta lentitud de la Reforma Laboral, y al mismo tiempo apoya que los trabajadores estadounidenses y canadienses no tengan reparto de utilidades ni derecho a la huelga, todos puntos que nos preocupan a los mexicanos.

 

                                                                                                                                          @CarlosPavonC