Ángel Álvaro Peña

Los mexicanos hemos comprado los medicamentos más caros del mundo porque los laboratorios farmacéuticos encontraron la manera de hacer de nuestro territorio la sede de sus sobreprecios sin restricción alguna.

Sus monopolios expresados en el chantaje, y la prepotencia de vender al precio que ellos quieren, quedaron evidenciados desde el inicio de la actual administración, al intentar vender medicinas a precios injustos.

Las empresas farmacéuticas encontraron en México la mejor manera de enriquecerse con la complicidad de los funcionarios públicos de las anteriores administraciones, quienes no escatimaban en regalar hasta impuestos a cambio de jugosas propinas que finalmente terminaban por encarecer más los medicamentos.

Es decir, los millones que gastaban los empresarios farmacéuticos, nacionales y extranjeros, los cargaban al precio de sus productos, porque sabían que no había ningún problema es sus exorbitantes precios.

Estos empresarios llegaron al extremo de condicionar la venta de medicamentos para combatir el cáncer y otras enfermedades que de no consumirse llevarían a los mexicanos a la muerte si no se pagaban los precios que ellos querían, sin importar si se trataba de mujeres, niños o ancianos.

Ante esta realidad se abrieron varios caminos para la adquisición de medicamentos, cuyos recorridos no pueden establecerse de la noche a la mañana, y menos aún cuando este problema que es vital para muchos mexicanos se politiza con el objetivo de desgastar al Gobierno.
Porque la oposición no desperdicia ocasión para soltar a sus perros, sin saber siquiera las razones de los nuevos problemas que combatir el monopolio y el chantaje significa.

El PAN amanece con el nombre de un nuevo funcionario público cuya cabeza exige. Y en el caso de las medicinas fue implacable tratando de tapar con un dedo la red de corrupción que había detrás de la compra de medicamentos.

Ante este panorama, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el Gobierno federal realizará compras consolidadas de medicamentos en el extranjero con supervisión de la ONU, para resolver definitivamente el problema de abasto de esos productos.

Admitió que “se ha dificultado mucho porque era mucha la corrupción en la compraventa, algo escandaloso, de miles de millones de pesos y los que se beneficiaban con la venta están molestos”, señaló el Presidente en la conferencia matutina.

Anunció que se reuniría con Juan Ramón de la Fuente, representante de México ante la ONU e integrantes del gabinete de Salud en Palacio Nacional para definir en torno a las compras consolidadas.

Advirtió el Presidente que “cuando se regeneren los que se dedicaban a la venta de los medicamentos, que entiendan que ya se acabó la corrupción, entonces vamos a poder adquirirlos, porque no vamos a estar como rehenes de grupos que hacían su agosto, que lucraban, que vendían hasta medicamentos adulterados, caducos. Acaparaban todas las compras de medicamentos del Gobierno. Laboratorios muy famosos pensaban que por tener buenas relaciones con los medios de comunicación y con campañas de desprestigio al Gobierno nos iban a doblegar. Se terminó eso”.

Los medicamentos son el ejemplo claro que tiene como punto de partida la relación entre empresarios y funcionarios. Los primeros subían sus precios a su antojo; los segundos, recibían regalos que iban desde un automóvil de lujo hasta un yate. Esta combinación de intereses hacía que muchos mexicanos no tuvieran acceso a la salud y en ocasiones murieran porque no podían adquirir los medicamentos.

A esto la oposición le llamó retirar medicamentos, asesinar niños con cáncer, carestía, especulación, corrupción, etc. La única manera de tener medicamentos a precios justos era comprar en el extranjero y es lo que hará el Gobierno federal, con la supervisión de la ONU.

Seguramente habrá más críticas de la oposición que los hace más pequeños y los descubre en su exacta dimensión.

PEGA Y CORRE. – El colmo de la crítica obsesiva contra el Presidente ahora se manifiesta señalando que habló en un restaurante sin cubrebocas. Si fue a un lugar de esos fue a comer y todavía no es posible comer con cubrebocas de manera higiénica. Pero todo es motivo de cuestionamiento y, esto, lejos de afectar la figura de López Obrador la hace inmune a las críticas, que ciertas o no, fuertes o débiles, se vuelven estériles y debilitan a la oposición y, por lo tanto, a la democracia, porque México necesita una oposición que vaya más allá de estas tonterías… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

                                                                                                            angelalvarop@hotmail.com