Martha Hilda González Calderón

 

El 6 de septiembre del año 2000, la sociedad mexicana se cimbraba con el suicidio de un alto funcionario de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial. A partir de la lectura de las cartas póstumas dirigidas a personas de su círculo más cercano y a los medios de comunicación, daba la impresión del relato de un hombre atormentado que había sido rebasado por presiones de todo tipo y trastornado por el escándalo que se había detonado en su lugar de trabajo y que no pudo superar.

El no identificar a tiempo, los riesgos psicosociales a los que una persona puede estar sometida, puede ser fatal. Entendidos éstos como “trastornos de ansiedad no orgánico, derivados de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo o el tipo de jornada laboral”, pueden derivar desde adicciones, alcoholismo, drogadicción, violencia laboral, entre otras; sin embargo, solo analizar las consecuencias puede resultar superficial; es necesario identificar las causas del problema que pueden ir desde un liderazgo inadecuado, distribución de cargas inequitativas de trabajo, mal diseño de jornadas laborales o pobre capacitación y adiestramiento.

La creciente presión o el aumento de exigencias laborales, que tiene como resultado el estrés laboral, puede provocar la saturación física o emocional, generando un desequilibrio en quien lo padece.
Los expertos señalan que los síntomas pueden ser: emocionales, cognitivos, fisiológicos y conductuales, entre otros.

Un trabajador que muestra excesiva irritabilidad o frustración, podría ser debido a causas emocionales generadas en el lugar de trabajo. Una trabajadora que manifieste llanto incontrolable o dificultad de concentración, pueden ser las manifestaciones de un estrés laboral que esté haciendo crisis de diferentes maneras. Olvidos, confusión o problemas fisiológicos como contracturas musculares, dolor de cabeza, problemas de sueño, distracción, son igualmente manifestaciones de estrés laboral y el empleador debe estar muy atento para identificar las causas.

En México, el estrés laboral es un problema ampliamente conocido pero poco atendido. La Organización Internacional del Trabajo, (OIT), señaló que nuestro país tiene el mayor porcentaje de estrés en el trabajo: 75%, seguido por China, con 73% y Estados Unidos con 59%. Este problema representa pérdidas entre 0.5% al 3.5% del Producto Interno Bruto, (PIB), del país.

En México, el alcoholismo —una de sus manifestaciones— paulatinamente va en aumento. A causa del tabaquismo, 180 personas mueren diariamente. Somos el primer lugar mundial, en obesidad y es mayoritaria, la pobre actividad física de la población trabajadora; lo que ha agravado el número de decesos relacionados a complicaciones del coronavirus asociadas con comorbilidades. Esto sin olvidar que se registran 75 mil infartos al año; de los cuales, 25 mil son provocados por estrés laboral.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE), México es uno de los países con el mayor número de horas de trabajo, pero se ubica en los últimos lugares en productividad. Los países que están a la cabeza con el menor número de horas de trabajo, pero con mejores resultados económicos, son Luxemburgo y Alemania, entre otros.

Parte de nuestros retos son el ausentismo laboral —entendido este como la no concurrencia de los trabajadores a su lugar de trabajo— el cual provoca 7.3% del costo de las nóminas de las empresas mexicanas y la pérdida del 23.80% de la productividad. Sin embargo, aún más dañino puede ser el presentismo laboral, de acuerdo a la Consultora SH Sistemas Humanos, al ser considerado como una situación que puede ser 300% más costosa que un día de inasistencia al centro de trabajo. Esto se advierte cuando observamos trabajadores que físicamente están en el lugar de trabajo, pero están desarrollando actividades completamente distintas a las que se espera de ellos. Identificarlos y tomar medidas para encauzar su energía a favor de la empresa, es un reto que deben afrontar los empleadores.

Según la OIT, un trabajador estresado suele ser enfermizo estar poco motivado, ser menos productivo, debido a la mala organización del trabajo, condiciones laborales insatisfechas, no recibir suficiente apoyo o no tener suficiente autocontrol.

Siendo una problemática que nos causa tantas pérdidas, tiene que ser prontamente atendida. Es urgente que el empleador realice una evaluación de los riesgos laborales. La comunicación con sus trabajadores y trabajadoras se vuelve indispensable si quiere llegar a las causas de la problemática identificando los factores de molestia pero también los satisfactores que se tienen. Es importante, también, supervisar la frecuencia de las ausencias, la rotación de personal y las causas de los accidentes de trabajo, entre otros.

Desde el año 2019, es obligatoria la aplicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial-identificación, análisis y prevención, que toma en cuenta las problemáticas que pudieran surgir en los tipos de liderazgo y las relaciones trabajo, la equidad en las cargas de trabajo, apoyo social y el equilibrio en las relaciones trabajo y familia, entre otros factores.

Desde principios de año, se inició la vigencia de la NOM-036-1-STPS-2018, Factores de riesgo ergonómico en el Trabajo-identificación, análisis, prevención y control, “derivados del manejo manual de cargas” que pudieran impactar la salud de los trabajadores y las trabajadoras que deben realizar estos trabajos.

La Organización Internacional del Trabajo, (OIT), impulsa la metodología SOLVE, que a través de impulsar el trabajo seguro promueve la salud en las políticas de seguridad y salud en el trabajo.

En el anterior periodo de Gobierno Federal, y con el apoyo de la OIT, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, STPS, impulsó el Programa Nacional de Bienestar Emocional en el Trabajo, PRONABET, que asesoraba a centros de trabajo para construir ambientes laborales más sanos. Esta metodología tiene sus antecedentes en la Carta de Ottawa de 1986, que establece que “la manera en que la sociedad organiza el trabajo, debería contribuir a crear una sociedad saludable”.

Las ventajas que ofrece la aplicación de la metodología SOLVE, de acuerdo a la máxima autoridad internacional en materia laboral, son contundentes: 50% en la reducción de los niveles de consumo de alcohol entre los trabajadores y con ello, una disminución del 37% en los costos por ausentismo a causa del alcoholismo. Reducción hasta 40% del tabaquismo y 30% menos en el consumo de drogas.

Además del mejoramiento en un 30% en los hábitos nutricionales de los trabajadores.

La Organización Mundial de la Salud, (OMS), en concordancia, también establece el ciclo de la gestión del riesgo, en donde recomienda desde su evaluación, la elaboración de un plan de actuación para reducir el riesgo, la aplicación de dicho plan, su evaluación, para visibilizar las lecciones aprendidas y finalmente, la adopción de nuevas medidas preventivas para fortalecer su autocontrol, lo que posiblemente requiera una redefinición del perfil del trabajo.

En la redefinición del trabajo es necesario modificar grados de exigencia, facilitar la adquisición de conocimientos, a través de la capacitación; el incremento de capacidades, apoyo permanente al trabajador o trabajadora y capacitación en la administración del estrés, reafirmación personal y facilidades para la activación cotidiana.

El “escritor de la felicidad”, Tal Ben Shahar, señala que los centros de trabajo tienen que ser parte del bienestar de sus trabajadores y trabajadoras. Es un reto que no necesariamente pasa por los altos sueldos u oficinas extravagantes. Si pasamos muchas horas, dice, en los centros de trabajo, tienen que ser espacios de reconocimiento a las fortalezas de los miembros del equipo y darles oportunidad de recuperarse de las situaciones que pudieran producirles estrés laboral, para respirar profundo y continuar. Esto tendrá como resultado, trabajadores y trabajadoras más leales con su organización.

 

                                                                                                                                        @Martha_Hilda