José Ureña

Esta historia comienza el 3 de octubre de 1989.

Carlos Salinas visitó a George Bush padre y estuvo tres días en Washington.

Encuentro aquí, allá y acullá.

Recepción en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca con toda la parafernalia, visitas al secretario de Estado James Baker, con la de Comercio, Carla Hills…

Ah, y con Robert Mosbacher, con quien comenzó la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC, luego reconvertido en TLCAN).

Tres días de intensa actividad en inglés y hospedaje, faltaba más, en la famosa e histórica Casa Blair, símbolo de la diplomacia estadounidense.

El jueves 4 de octubre Carlos Salinas de Gortari nos citó temprano en el número 1651 de Avenida Pensilvania para platicar con un grupo de reporteros.

-Gracias por venir -nos dijo.

Agradecimos y él continuó:

-Perdonen que no los invite a pasar y los atienda aquí en la escalerilla, pero el protocolo me lo impide… No está permitida ninguna actividad fuera de la agenda oficial.

-Bueno, en algo hay que ceder -le contestó Fidel Samaniego en un acto de agilidad política.

-Muy bien, Fidel -asintió Salinas de Gortari.

SUITE EN UN HOTEL

El diálogo siguió más o menos media hora.

Dio un atisbo de su viaje:

-He propuesto un gran tratado de comercio trilateral entre Estados Unidos y Canadá. Es algo que he hablado con el primer ministro Brian Mulroney y está de acuerdo con ello.

Pasaron los meses y un día, en San Antonio, al salir de un encuentro con George Bush, me dijo festivo en compañía de Jaime Serra Puche, secretario de Comercio:

-Todo mundo da por muerto el TLC. Da la noticia: la negociación va y va muy bien. Tendremos TLC.

El tratado se firmó, entró en vigor el 1 de enero de 1994 -Chiapas y subcomandante Marcos, de por medio- y hoy se capitaliza lo sembrado por el neoliberalismo, cuanto eso signifique.

Pero el tema era la Casa Blair.

En el 1651 y 1653 de la Avenida Pensilvania, frente a la Casa Blanca, Carlos Salinas de Gortari se hospedó con todos los honores.

Como han estado reyes como Juan Carlos I y presidentes del más alto nivel, hasta el venezolano Juan Guaidó.

Pero ahora el Presidente mexicano será enviado a un hotel.

CALDERÓN Y OBAMA

1.- También hubo excepciones.

En 2010 acudió Felipe Calderón a Washington y, aunque tuvo trato de jefe de Estado, no se hospedó en la Casa Blair porque ese día Barack Obama rendía su informe a la nación.

Pero claro que Calderón estuvo en otras ocasiones en esa segunda Casa Blanca y resolvió muchos temas bilaterales México-Estados Unidos.

2.- TV Azteca se ha asociado con la empresa de streaming Deezer para ir en pos de un mercado de 700 millones de dólares.

Según el consorcio de Ricardo Salinas Pliego, Deezer, cuenta con una base de usuarios en crecimiento en los países latinoamericanos, en especial México, Colombia y Argentina.

A esto se agrega la penetración en Brasil.

Y 3.- A falta de apoyo federal, los gobiernos estatales del norte del país hacen su propio esfuerzo sanitario.

Los gobernadores de Tamaulipas y Sonora, Francisco García Cabeza de Vaca y Claudia Pavlovich piden cerrar sus fronteras a los estadounidenses.

Arizona y Texas tienen un número elevadísimo de contagios y su planteamiento es simple:

-Toda persona que no tenga que cruzar a este lado de la frontera de México, que se quede allá.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.