Se cumplieron dos años de la elección que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia y como era de esperarse, el primer mandatario lo celebró con un discurso triunfalista, pero se le olvidaron los otros datos.

 

De marzo a la fecha se perdieron al menos un millón de empleos y para el Presidente ya pasó lo más fuerte ya no se seguirán perdiendo empleos, pero no dijo cómo hará para recuperarlos.

 

En materia de seguridad, dijo que ya no se permitirían masacres refiriéndose a los abusos de las fuerzas policiacas y castrenses hacia civiles, pero nada refirió de las masacres entre el crimen organizado que tan sólo el día de su discurso dejó 24 jóvenes asesinados en un centro de rehabilitación en Irapuato, Guanajuato.

 

Por supuesto, el Presidente López Obrador enfatizó que ya se terminaron los amiguismos y no se permite la corrupción en su gobierno; pero no explicó el origen del patrimonio millonario de los titulares de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett y la Secretaria de la Función Pública –por cierto la encargada de combatir la corrupción- Irma Eréndira Sandoval.

 

En texto, el discurso del Presidente tuvo una extensión de ocho páginas, pero sólo cuatro párrafos los dedicó al Covid-19 y nunca hubo palabras de agradecimiento al personal de salud que todos los días están combatiendo al virus, a pesar de las circunstancias. Mucho menos habló de las cifras que ya colocan a México en los primeros lugares de contagios y muertes en el mundo.

 

No obstante, dedicó más tiempo a enfatizar la entrada en vigor del T-MEC, y su visita al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

 

Acaso el Presidente no tuvo tiempo de incluir estos temas en su mensaje, o será que evitaba hablar de los otros datos, esos que le restan aceptación y popularidad.