Malas noticias para las brujas en Suazilandia, pues gran polémica causó una regulación sobre… ¡qué tan alto podrían volar!, que es a no más de 150 metros, por cierto, algo que después el Gobierno intentó desmentir… aunque es bien sabido que en esa nación africana gustan de populares concursos de brujería y magia.

Suazilandia o Esuatini (nombrado así por su actual rey, en 2018), es un pequeño país de África del Sur donde la forma de gobierno es monarquía absoluta. El nombre proviene de la tribu Suazi, una etnia bantú, a la cual corresponde la monarquía del país. Rodeado por Sudáfrica y Mozambique, no posee salida al mar.

Obtuvo su independencia en 1968, cuando Sobhuza II la proclamó, y para 1973 se abolió la constitución, se prohibieron los partidos políticos y se disolvió el Parlamento. Así fue como comenzó la monarquía que en la actualidad cuenta con el Rey Mswati III, un personaje emblemático y curioso, con 14 esposas y 23 hijos. La última consorte, una reina de belleza que contrajo matrimonio con el rey a sus 18 años, en el clásico Umhlanga, un festival que llevaba años sin realizarse en el que miles de jóvenes suazis bailan semidesnudas ante el monarca y es así cómo se elige a la nueva reina.

Es el país con el mayor porcentaje de personas enfermas de Sida. En 2016 se estimó que 220 mil personas vivían con VIH.

En un intento de mitigar la epidemia, el Rey impuso un rito de castidad que prohibía a las mujeres menores de 18 años tener relaciones sexuales.

Dentro de esta cultura, la riqueza se mide por las cabezas de ganado de la familia. El cercado donde tienen a los animales es sagrado y se piensa que es donde habitan los espíritus de sus ancestros.
Se consideran anticomunistas y mantiene lazos diplomáticos y económicos con países como Estados Unidos, Japón, Sudáfrica y Corea del Sur.

Organizaciones pro derechos humanos insisten en que no se respetan los derechos civiles.

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