Foto: Reuters/Archivo “Esta inversión permite a las refinerías estadounidenses, satisfacer las demandas del mercado mexicano de manera eficiente”  

La American Fuel & Petrochemical Manufacturers (AFPM), organismo estadounidense que agrupa a refinerías y petroquímicas, envió una carta al presidente Donald Trump para externar su preocupación en torno a los cambios regulatorios en México que podrían impedir las inversiones estadounidenses, actuales y futuras, en el sector energético.

Según la misiva firmada por Chet Thompson, presidente y director general de la AFPM, algunos de los actos que causan incertidumbre son los relacionados al retraso en los permisos para el desarrollo de infraestructura, cancelación en autorizaciones para importación de insumos, así como también políticas que favorecen a empresas estatales como Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Estas acciones amenazan no sólo a la inversión directa que han realizado las empresas estadounidenses, sino también ingresos futuros y empleos estadounidenses para que esas inversiones sean viables a largo plazo”, destacó el grupo empresarial.

En tanto, sentenció que estos hechos cuestionan el marco en el que se negoció el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), toda vez que el libre comercio entre Norteamérica es fundamental para la industria gracias a que representa más de la mitad de las importaciones de petróleo crudo de la AFPM.

Y es que desde 2013, las empresas invirtieron miles de millones de dólares en México, principalmente en almacenamiento, tuberías e infraestructura.

“Esta inversión permite a las refinerías estadounidenses, que son las más avanzadas tecnológicamente, satisfacer las demandas del mercado mexicano de manera eficiente”, externó.

El pasado 15 de junio, el Instituto Americano del Petróleo (API) expuso una serie de discriminaciones por parte del Gobierno hacia empresas energéticas de Estados Unidos. De acuerdo con el API, las acciones iban desde retrasos para la obtención de permisos hasta revisiones a estaciones de servicios.

Abundó que también las empresas estadounidenses no obtenían permisos para estaciones minoristas.

 

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