@osdtagle

Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que está analizando la desaparición de más de 100 organismos autónomos y que para ello incluso se podría presentar una iniciativa de reforma constitucional para eliminar a estos organismos.

López Obrador adelantó que estos cambios no serán en el corto plazo, pero sí adelantó que ya está trabajando en ellos. Ricardo Monreal, coordinador de los Senadores de Morena, afirmó por su parte que por el momento no se discutirá su iniciativa para fusionar el IFT-COFECE y CRE ni otros organismos.

Lo cierto es que esta semana el tema entró al debate, se dio la renuncia de Mónica Maccise, quien fuera titular de Conapred y aún se mantiene en vilo lo que ocurrirá en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas con Mara Gómez de quien se dijo había renunciado.

Lo cierto es que este tiempo que llevará a la Presidencia pensar en su reforma y en desaparecer estos organismos, deberá ser aprovechado por la sociedad civil para defender los logros en distintas materias de los llamados organismos autónomos.

No podemos obviar que gracias a varios de estos organismos el país ha cambiado en los últimos 20 años. El simple diseño de estos órganos provocó cambios en la democracia del país. Ejemplo de ello es el Instituto Nacional Electoral que ha logrado en los últimos años lo que varias generaciones considerábamos imposible la alternancia pacífica del poder.

En materia de transparencia el ahora Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales nos dio un cambio radical a los mexicanos, a través de este instituto logramos transparentar las acciones de Gobierno que por décadas eran un secreto.

Y los organismos creados para combatir la discriminación, la defensa de los derechos humanos, entre otros han generado grandes aportes al estilo de país que hoy tenemos. Nos encontramos en un momento en el que tenemos que analizar su importancia, sus logros y sobre todo los retos que tienen estos organismos.

Estigmatizarlos por quienes los dirigen o peor aún los dirigieron es un error. Los ex funcionarios y funcionarios tienen y tuvieron errores y muchos de ellos seguramente cometieron actos de corrupción. Pero de ello no tienen la culpa los organismos como el Coneval, el Inai, la CNDH, el Conapred, la CEAV o el INE.

Es importante hacerle ver al Gobierno que en muchos temas no puede ser juez y parte de toda la actividad pública, no se trata de incluso de tener al enemigo en esas dependencias. Lo que se requiere es de funcionarios que puedan hacer un buen sobrepeso cuando se presentan acciones de injusticia o acciones que por las propias actividades del Gobierno escapan a sus alcances.

Imaginar, por ejemplo, la inexistencia del Inai es poner en riesgo al Gobierno y decir que la transparencia y el ánimo del estado será otorgado por un puñado de personas. Si no existe un organismo que mida la pobreza, el propio Gobierno no podrá medir sus éxitos basados en una evaluación técnica.

Hay muchas funciones que requieren de una verdadera autonomía y sí de un profesionalismo y especialización en diversas materias que ayuden a la sociedad y al Gobierno a mejorar.