Las Grandes Ligas de béisbol decretaron este viernes el cierre temporal de todos los campos de entrenamiento después de que varios equipos reportaran casos de contagio de coronavirus, incluidos cinco jugadores de los Phillies de Philadelphia, informaron las franquicias y medios estadounidenses.

 

Esta situación representa un nuevo obstáculo en el camino del béisbol para arrancar su temporada 2020, cuyo futuro sigue siendo incierto ante la falta de acuerdo salarial con la Asociación de Jugadores (MLBPA), negociaciones que se volvieron a estancar el viernes.

 

En los próximos días las instalaciones de entrenamiento de las franquicias, ubicadas en los estados de Florida y Arizona, serán sometidas a una limpieza profunda y los jugadores tendrán que someterse a test de coronavirus antes de volver a utilizarlas, reportó la cadena ESPN.

 

Antes de que se tomara esta decisión, al menos cuatro equipos  -los Phillies, los Azulejos de Toronto, los Gigantes de San Francisco y los Rangers de Texas- ya habían decidido cerrar sus instalaciones al recibir resultados de test positivos o tener sospechas de contagios.

 

Los Phillies anunciaron que cinco jugadores y tres miembros de su personal dieron positivo en pruebas de COVID-19 en su campo de entrenamiento de Clearwater (Florida).

 

El equipo dijo que el primer caso se detectó el 16 de junio y que están a la espera de los resultados de test aplicados a 20 jugadores y a 12 miembros de su personal.

 

Por su parte, los Azulejos de Toronto también cerraron sus instalaciones de entrenamiento en Dunedin, a menos de 10 kilómetros de Clearwater, después de que un jugador mostrara síntomas de coronavirus, lo que llevó a someter a todo el personal a exámenes.

 

Según ESPN, el jugador que dio positivo había pasado recientemente tiempo con miembros de los Phillies.

 

Florida ha registrado esta semana un enorme incremento de casos de coronavirus, llegando a un récord de 3.822 diarios reportados el viernes.

 

En este estado la MLS y la NBA quieren retomar sus actividades el próximo mes, con sus equipos concentrados y jugando a puerta cerrada en el complejo deportivo del parque de atracciones de Disney World (Orlando).

 

Mientras tanto en Arizona, los Gigantes de San Francisco echaron el cierre en Scottdsale después de que una persona que había estado en el lugar y un familiar exhibieran síntomas el jueves. Y los Rangers también decidieron cerrar en Surprise, según dijeron, por un “exceso de precaución” ante el incremento de contagios en el estado, sin que hayan reportado contagios en sus miembros.

 

Los Texans dijeron que la mayoría de los jugadores que están usando sus instalaciones son de origen latinoamericano y que no pudieron regresar a sus países por la pandemia.

 

Los Astros de Houston también informaron el viernes que un jugador dio positivo en un test varios días atrás, mostrando solo síntomas leves.

 

Rechazo de la última oferta

La temporada de las Grandes Ligas debía haber comenzado el 26 de marzo pero fue suspendida a causa de la expansión de la pandemia en el país.

 

Además de los riesgos que afrontan por el virus, para reanudar la actividad las Grandes Ligas aún tienen que zanjar su conflictiva negociación con el Sindicato de Jugadores.

 

Ambas partes mantienen una disputa pública desde hace semanas para pactar las condiciones de regreso a las canchas, especialmente sobre el reparto de las fuertes pérdidas económicas causadas por este parón y por la probable ausencia de espectadores cuando comience la campaña.

 

El miércoles el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, citó al director de la MLBPA, Tony Clark, para una reunión en Phoenix de la que se esperaba que rebajara las fuertes tensiones entre ambas partes de los días anteriores.

 

Tras el encuentro, Manfred envió a Clark una oferta para una temporada regular de solo 60 partidos, desde los 162 juegos del calendario original, que fue rechazada por la MLBPA, que contraofertó con una propuesta de unos 70 partidos.

 

Según dijo este viernes la MLBPA, la liga le informó que no responderá a esa última propuesta y que no se jugarán más de 60 partidos este año.

 

“Nuestra Junta se reunirá en un futuro próximo para determinar los próximos pasos”, dijo la asociación en un comunicado.

 

Además del desacuerdo en otros puntos, los jugadores tratan de que el calendario incluya el mayor número posible de partidos para sufrir menores recortes salariales.

 

Los jugadores ahora pueden aceptar la última oferta de Manfred o, en caso de rechazarla, el comisionado podría implementar su propio calendario unilateralmente, arriesgándose a una demanda por parte de la MLBPA.

 

PAL