Hablando de lo que muchos viajeros y colegas consideran los mejores destinos del país. Les cito algunos de ellos: (1) Ciudad de México. Una metrópoli famosa (hoy tiende a desmoronarse por muchas razones: delincuencia; transporte público que no está a la altura de las capitales más célebres; además por su vibrante/plural vida urbana, congregando museos de fama internacional; emblemáticos museos y edificios históricos (que hoy grafitean o tiran según el libre albedrío de muchos incultos; basura que infecta mucho; etcétera. También ofrece festivales masivos y hermosas avenidas, tiendas/restaurantes (que hoy están a la baja) y contaba con noches animadas de Latinoamérica. Le toca su turno a San José de los Cabos que posee varios de los mejores hoteles del orbe, vista de ballenas, delfines, carretera Transpeninsular. Además, posee innumerables kilómetros de playas bañadas por el Mar de Cortés. Una belleza por sus conventos, paisajes de montañas/desierto. Esta zona forma parte del conjunto de islas protegidas por el Golfo de California

Hablemos de Cancún, Acapulco y Puerto Vallarta

   Ahora le toca su turno a Yucatán–Quintana Roo–Cancún, otro de los grandes destinos preferidos por toda clase de turistas, que ofrece muchos pequeños destinos. Debe uno recorrer sus playas de arenas blancas/aguas turquesas. Punto importante: Cuentan con el segundo arrecife de coral en el mundo. Es vital recorrer los vestigios arqueológicos de la Riviera Maya y Chichen—Itzá, además de sus impactantes hoteles en Playa del Carmen, Cozumel, Puerto Morelos, Tulum, etcétera. Cambiando de tema, Acapulco (con toda la problemática que ha surgido en los últimos años) es, para muchos, el destino consentido por su clima, playas (con aguas y oleaje de arenas doradas) y célebres hoteles de fama internacional. Desde los 40s hasta la actualidad, Acapulco es Acapulco, donde iban –ahora no tanto– todas las celebridades (Miguel Alemán, Teddy Stauffer; los Portanova, Susana Palazuelos, los Corcuera) y uno no podía dejar de ir al Armando´s Le Club, UBQ, Baby´O, las discotecas del Rullán; sumando los restaurantes Zibu, Tony´s Bistró, y muchos más. Ahora, nos dirigimos a Vallarta, Nuevo Vallarta y Punta Mita (todo conocido como la Riviera Nayarit), ¡Qué puedo decirles! Me llevaría mucho espacio y quiero ser concreto. Uno de los mejores destinos gastronómicos del país con el Café des Artists, Trío y otros.

Le tocó también su turno a Oaxaca: a sólo 10 kilómetros se ubica Monte Albán (donde estuve con la reina de Inglaterra y el Príncipe Felipe), Patrimonio de la Humanidad (hogar de impresionantes ruinas de una ciudad prehispánica levantada por los zapotecas, que tuvo su esplendor entre los años 500 A.C y 800 después de Cristo. Su comida es de las más elogiadas del país, principalmente la del mercado central de Oaxaca. Allí nacieron Porfirio Díaz y Benito Juárez, y hoy destaca Toledo, pintor activista. Su mejor hotel: Camino Real—Oaxaca. Y vámonos para Mérida, otra hermosa ciudad que construyeron tanto españoles como sacerdotes. Es una ciudad de intensa vida cultural. Lástima, se ha ido deteriorando. Alberga el segundo centro histórico más grande después de la capital mexicana. Muy cerca se ubica Puebla, otra ciudad histórica con hermosos edificios de arquitectura prehispánica–andaluza, etcétera. También cuenta con museos como Casa Amparo, El Barroco y otros. Entre los hoteles favoritos están CasaReyna, Presidente InterContinental y otros.

Creían que nos olvidaríamos de Guadalajara y su bello Tlaquepaque, además del pueblo de tequila, y sitio donde nació el mariachi. Hogar de una intensa vida nocturna. Me gusta recorrer sus calles por la intensa vida nocturna, además donde organizan festivales de alcance internacional. Un pequeño ejemplo: la mejor Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Allí se hace el mejor tequila del orbe: Casa Cuervo. En Tequila también existen pequeños hoteles boutique y recorridos fantásticos. Para finalizar, no me olvidó de Guanajuato, San Miguel de Allende, San Luis Potosí, Querétaro, Tabasco, Chiapas, Veracruz y otros tantos sitios que no podríamos describir en este pequeño espacio.

Y hasta el próximo jueves, ¡abur!