El pasado 6 de junio, se cumplieron 30 años de la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Esta institución fue creada para defender y garantizar los derechos humanos de las personas y no los intereses de los gobiernos en turno.

 

Desafortunadamente, hoy la historia de la CNDH va en retroceso y se está convirtiendo en un brazo más de la Cuarta Transformación.

 

Sólo como breviario, cabe recordar cómo Morena desde el Senado, impuso a la señora Piedra Ibarra como titular de la CNDH. Se realizaron tres votaciones para designar a quien representaría dicha Comisión, en ninguna de las tres, la señora Piedra alcanzaba el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes, por lo que tuvieron que recurrir al vergonzoso robo de dos votos para que les cuadraran los números y cumplirle a su patrón, el Presidente de la República.

 

Desde ese momento, se perdió completamente su autonomía, no sólo por su cercanía con el Presidente López Obrador, sino porque en casi siete meses de administración, no ha hecho nada en favor de los mexicanos. Por ello, resulta dantesco que la persona que más ha debilitado a la institución protectora de derechos humanos, hable de querer fortalecerla al convertirla en la “Procuraduría de los Pobres”.

 

Esta propuesta es una muestra de ignorancia y falta de sentido común, si se toma en cuenta que los derechos humanos son universales e inherentes a todo ser humano y su protección va más allá de los estratos socioeconómicos de las personas. Es demagogia pura, hablar de fortalecimiento cuando no ha emitido una sola recomendación en medio de esta pandemia por hechos tan evidentes como la falta de pruebas médicas para la detección de Covid-19, la escases de medicamentos o de respiradores.

 

Sin duda, la titular de la CNDH desconoce sus facultades y resulta contradictorio querer que las recomendaciones sean vinculantes cuando ahora que no lo son ni siquiera las emite.

 

Naturalmente, hay un silencio cómplice entre la CNDH y el Gobierno federal, lo cual queda evidenciado en la declaración emitida por el Presidente López Obrador el día de ayer, donde refirió que “yo veo bien que las recomendaciones sean vinculantes”, ¡pues cómo no!, si sabe que a su Gobierno no se le va a emitir ninguna de trascendencia, y para muestra el hecho de que la CNDH no ha tenido ninguna posición fuerte en contra de la actual administración

 

Que la Cuarta Transformación hable en favor de las recomendaciones vinculantes es absolutamente contradictorio, si tomamos en cuenta que el Ejecutivo Federal el año pasado, no quiso cumplir la recomendación relativa a la cancelación del programa de estancias infantiles.

 

Por ello, la vergonzosa y silenciosa inactividad ante las reiteradas violaciones a los derechos humanos en temas prioritarios como la salud, entre muchos otros, reflejan que a la señora Piedra, le supera su ideología a su función como garante de los derechos fundamentales de los individuos sin ningún distingo por nacionalidad, origen étnico, sexo, género, edad, discapacidad, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o estrato social.

 

                                                                                                                                                   @kenialopezr