La falta de reflejos del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, lo tienen enterrado en un problema que sus malquerientes no dejarán pasar para cobrarle algunas facturas.

El 4 de mayo fue detenido por policías de Ixtlahuacán de los Membrillos el ciudadano Giovanni López y un día después se notificó a su familia que “había muerto’’.

La detención habría sido, según la familia, porque López no llevaba el cubrebocas, que en Jalisco es de uso obligatorio.

Un mes después de la detención y gracias al video que se hizo viral, el gobernador Alfaro salió a calificar como “atroz’’ el asesinato de López.

¡Un mes después!

Se supone que el gobernador debería tener la información oportuna sobre lo que hacen las policías municipal, local y federal en su territorio simplemente para coordinar sus acciones.

Dejar pasar un mes hasta que el video grabado por el hermano de la víctima se hizo viral desmiente la versión de que los gobernadores están enterados de todo lo que pasa en su territorio.

No hay duda de que se trató de un asesinato producto del abuso policial, pero hasta ayer no había detenidos ni imputados, solo la promesa de que “caerá todo el peso de la ley’’ sobre los perpetradores.

Alfaro pudo haberse vestido de luces si en los días siguientes, con la información disponible ordena la detención de todos los involucrados, incluidos el jefe de la Policía municipal y hasta del presidente municipal, que según la familia les ofreció 200 mil pesos para que no subieran el video y terminó amenazándolos de muerte.

El nombre del sujeto es Eduardo Cervantes Aguilar.

Ayer un grupo de manifestantes incursionó en el palacio de Gobierno en Guadalajara para protestar por el homicidio de López; acabaron con el mobiliario que encontraron y quemaron varias patrullas.

Sin duda que hay motivos para protestar por el crimen, que nada garantiza que las protestas encubran a reventadores que quieren cobrarle al gobernador de Jalisco viejas y nuevas afrentas.

Ya se verá en estos días si Alfaro tiene la estatura política para resolver un problema social como éste o si se achicará a la hora de los trancazos.

Políticos o no.

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Dice el presidente López Obrador que “no mentir, no robar, no traicionar, ayuda mucho para que no te dé el coronavirus’’, lo cual, de entrada, deja mal parados a algunos de sus colaboradores que han dado positivo.

Pero más allá de la anécdota, sorprende que a esta altura de la pandemia, cuando México está por cumplir casi 100 días desde que se decretó la cuarentena, el jefe del Ejecutivo siga jugando con esas frases, ni siquiera sabemos con qué fin.

Y del otro lado, el subsecretario Hugo López-Gatell asegura que el Gobierno no recomienda las pruebas de detección rápida, porque pueden presentar resultados engañosos.

La verdad es que no hay en el mundo un sistema más efectivo que las pruebas para conocer el avance del virus en un país.

México es la excepción; no hay pruebas, pero si muchas frases que seguramente alcanzarán para publicar un tratado de cómo el país enfrentó la pandemia del siglo con frases, refranes y chistoretes.

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La disolución de las bancadas del PRD y el PES en el Senado es un asunto concluido, por más que Miguel Ángel Mancera apele a un acuerdo con Ricardo Monreal.

La presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández, aclaró ayer que “la Ley está por encima de cualquier acuerdo’’, con lo que la esperanza de que se revirtiera la decisión está muerta.

LEG