Parece que los planes del Presidente no están saliendo como esperaba. Esa cabecita loca soñaba con un país financiado por el petróleo, en el que el dueño del petróleo, como representante del pueblo bueno, era él, que podría usar ese cuerno de la abundancia para repartir lana a placer. Nada más que la vida, injusta, se empeña en demostrarle que no es bueno petrolizar la economía cuando lo que viene son las energías renovables, cuando tu secretaria de Energía arma guerras comerciales con los saudíes y cuando tu titular de Pemex logra que la empresa pierda 35 mil millones de dólares.

Así que habrá que pensar en algo más, mientras el Tlatoani le demuestra al mundo entero que la razón la tiene él y los petrodólares fluyen sin parar. ¿A qué me refiero? ¿A, siempre sí, voltear a las energías renovables? ¿A apostarle a la alta tecnología, como por ejemplo Israel? ¿A modernizar el campo? Nooooo. Esto ya cambió. Aquí comemos tortillas y frijol, no exotismos, y le apostamos al trapiche. Pero, lo dije antes, podemos diversificarnos.

Por ejemplo, ya que vamos a deforestar el Sureste para hacer un tren, ¿por qué no organizamos cacerías de jaguares? Digo, si de todas formas van a desaparecer en nombre del progreso, nada cuesta pedirle a Trump que nos conecte con sus bróders de la Asociación Nacional del Rifle y armarles unos safaris súper caros.

Y eso no es todo. Ya que se nos da bien pactar con el viejo priismo, podemos asesorarnos con el jefe Hank para vender por el mundo especies exóticas. Que unos tucanes a, digamos, Dubai, que unos manatíes a la selva colombiana (ahí podrían ayudarnos nuestros amigos cubanos, que siempre se han llevado bien con los barones de la droga), que un tigrillo a Rusia, que serpientes exóticas a Las Vegas.

Otra es revender los ventiladores anti Covid que nos mandaron Trump y los chinos. Ya sé lo que van a decir: que eso le costaría la vida a muchos compatriotas. No es cierto. Una llamada al doc López-Gatell para que readapte la curva que ya se aplanó pero estamos en rojo pero ya la armamos pero sí, señor Presidente, retome sus giras, pero quédense en casa, otra a Elenita Álvarez-Buylla para que se fusile el diseño y construya ventiladores con ciencia no neoliberal, y listo: en un par de sexenios tendremos equipo suficiente para todas y todos los mexicanos, en plan sistema de salud inglés.

Estaré encantado de escuchar sus propuestas. Nada más no empiecen con que podemos vender el Cartier de Irma Eréndira. Esto es serio.

 

                                                                                                                                              @juliopatan09