La tarea de Ana Bertha Pimentel Aguilar, ingeniera biomédica en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), es fundamental ante la pandemia de Covid-19: ella es la encargada de que el equipo médico funcione.

Junto con sus colaboradores, que ahora suman 12 –el doble de lo que tenía hace apenas un par de meses, indicó– supervisa las 24 horas, los siete días de la semana, los dispositivos con los que cuenta dicha institución.

Ella misma, dijo, pasa cinco horas y media en “áreas Covid” para revisar el equipo. “Los ventiladores deben tener mantenimiento cada determinado número de horas para que continúen funcionando correctamente y no dañen al paciente”.

Ésta no es la primera ocasión en la que la egresada de la UAM-Iztapalapa está en la línea de batalla, pues en 2009 también le tocó vivir la epidemia de influenza H1N1.

Dicha experiencia, resaltó, le ayudó a dar el correcto mantenimiento a los ventiladores que necesitan hoy los pacientes enfermos de coronavirus; “nos ha permitido estar preparados con mayor anticipación para esta pandemia”.

“Como se sabe, la influenza tiene picos grandes cada dos años, y en 2011 fue aún peor porque tuvimos muchos más pacientes ventilados en el instituto”, refirió en una entrevista con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI).

En este sentido, la especialista resaltó la importancia de la ingeniería biomédica para dar “mayor protección posible a través de dispositivos e innovaciones, por ejemplo, para realizar tomas de muestras, intubaciones y extubaciones seguras”, indicó en un comunicado.

Por otra parte, Herberth Bravo Hernández, presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Biomédica (SOMIB), señalo que la tecnología es uno de los pilares –junto con el personal médico– del servicio de salud; “por lo que cada vez dependeremos más de estos para diagnosticar y tratar las enfermedades”.

 

LEG