El país que dejan ver los analistas en la más reciente encuesta que hace el Banco de México es uno donde priva la desconfianza.

 

Los movimientos bruscos en sus estimaciones hablan de la incertidumbre que provoca en todo el mundo una pandemia, que hace imposible tener cualquier planeación sensata y creíble. Pero también deja ver la certeza de que este Gobierno no tendrá una respuesta que alcance para hacer que México supere rápidamente las peores consecuencias económicas de la Covid-19.

 

El propio Banco de México la semana pasada elaboró tres escenarios para la economía mexicana en estos tiempos.

 

El más benévolo de esos estimados era un auténtico regalo para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, era una estimación tan optimista que no podría ser otra cosa que una ofrenda al Tlatoani, que lejos de agradecer, se la aventó en la cara al banco central.

 

Una caída este año de 4.6% con una recuperación el próximo año de 4% solo hubiera sido posible si la 4T se hubiera puesto las pilas para apoyar a los sectores productivos, para que no se destruyera su actividad con la pandemia.

 

Apoyo a los trabajadores para que no perdieran ingresos, respaldo fiscal a las empresas para que no tuvieran que enfrentar las duras cargas tributarias en estos momentos, respaldo a los negocios para que pudieran hibernar en lo que pasaba la crisis sanitaria.

 

Pero no, nada de eso se dio. Todos los agentes productivos privados fueron dejados a su suerte y muchos no lograrán sobrevivir a esta crisis.

 

Así que un escenario así de benévolo como el que el Banxico quiso regalar al Gobierno federal podrá ser posible en otros países que sí reaccionaron a tiempo.

 

En la encuesta de los expertos, el promedio de sus estimaciones habla de una caída este año del Producto Interno Bruto de (–) 7.99% y un rebote durante 2021 de apenas 2.20%. Pero esta mediana implica que hay algunos que creen que la caída del PIB será este año de (–) 5% pero otros la estiman arriba de (–)12%.

 

Son muchos datos los que anticipan los analistas consultados por el banco central mexicano. Todos en franco deterioro y sin una expectativa de mejoría en los meses por venir.

 

Uno de los datos más aterradores es el del comportamiento del empleo. Antes del inicio de la pandemia y ya con el efecto negativo del estancamiento de la economía por las malas políticas públicas de la actual administración estimaban, en febrero, que solo se crearían 400 mil empleos.

 

Hoy, tres meses después, su estimación es que se perderán más de un millón de empleos.

 

Son datos que, por su contundencia, por su origen del análisis de expertos en estos temas y por su rápido deterioro, deberían provocar una sacudida en las políticas públicas.

 

Pero, desafortunadamente, tanto estos como muchos otros análisis de la realidad económica no solo son ignorados sino descalificados porque la actual administración cree que se hacen de mala fe. Por más razón que hayan tenido hasta ahora en la breve historia de la 4T en el poder.

 

                                                                                                                                              @campossuarez