El pasado miércoles, Banxico dio a conocer su Informe Trimestral de Inflación al 1T´20 en el que da a conocer tres escenarios para la economía mexicana (sin asignar probabilidades de ocurrencia), que por cierto no fue del agrado del presidente Andrés Manuel López Obrador, argumentando que están peor que las del FMI. Estos escenarios van desde una caída de 4.6% anual hasta una contracción más significativa de -8.8% anual. Banxico “advierte la necesidad de financiamiento a empresas y hogares para reactivar la economía”, pero sin comprometer la estabilidad del sistema financiero. Banxico ha hecho hasta ahora su parte. Anunció una inyección de liquidez de $700 mil millones de pesos, equivalente a un poco más de 3.0% del PIB. El Gobierno federal no ha hecho nada relevante y eso, nos costará caro hacia 2021. También, hay que reconocer que Banxico hizo varias intervenciones en el mercado cambiario y de dinero, a través de subastas cambiarias, subasta de swaps, subastas extraordinarias de instrumentos de deuda, entre otras cosas, para tratar de estabilizar al peso mexicano, ante una salida importante de flujos de tenencia de extranjeros en los mercados en México.

Regresando a revisar la minuta del Banxico, entre los principales puntos en su discusión, consideraron el fuerte impacto económico global por la pandemia y paro de actividades. Aquellos países que tuvieron una disrupción en las cadenas productivas y peor, a los países que tienen una economía más abierta a las cadenas globales de valor. Es una caída global histórica.

Al cierre del primer trimestre del año, la economía americana mostró una caída importante en el consumo privado, en la inversión no residencial y en los inventarios, mientras que la inversión residencial, exportaciones netas y moderado gasto público ayudaron a un menor deterioro. Sin embargo, a partir de abril, las exportaciones e inversión residencial cayeron, afectando el entorno hacia el segundo trimestre del año. Como reflexión a este punto por un servidor, es que tanto la Fed como el Gobierno de Donald Trump están inyectando recursos de manera muy importante, de ahí, la recuperación de las bolsas en ese país.

Con respecto a México, los mercados tuvieron un escenario inicial de alta volatilidad, especialmente el tipo de cambio. Las exportaciones manufactureras de nuestro país, especialmente las automotrices, presentaron una caída importante y el resto de las exportaciones manufactureras exhibieron un bajo dinamismo. El consumo, ha prevalecido bajo. En marzo y abril, las ventas de la Antad y las de vehículos, entre otros, mostraron caídas fuertes y sobretodo, la inversión fija bruta y la producción industrial registraron caídas históricas. En relación al mercado laboral, en el primer trimestre se observó que la tasa de desocupación nacional como urbana, se ubicaron en niveles superiores a las registradas en promedio en 2019. Respecto a los puestos de trabajo “formales” afiliados al IMSS, exacerbó fuertemente el desempeño desfavorable con la pérdida de 131 mil plazas en marzo y la pérdida adicional de 555 mil plazas en abril, y la película apenas empieza.

En cuanto a la inflación, la caída del petróleo tuvo efecto a la baja en el precio de venta de gasolina ayudando a alcanzar un nivel de 2.15% anual al cierre de abril, aunque ya para mayo, el petróleo y la gasolina han reaccionado al alza, junto con alimentos, bebidas y medicinas, por lo que Banxico estima un cierre alrededor de 3.5% anual.

¿Estamos muy mal o estamos aún peor que eso? …

 

                                                                                                                                                         @1ahuerta