Una señal de que, como supremo líder, como Gran Tlatoani, te está yendo, perdonarán la expresión, del nabo; de que no tienes claro que tus afanes de perpetuación en el poder vayan a verse satisfechos, porque, digamos, se te atravesó una pandemia que subestimaste y luego, cuando tratas de disimular los números con ambigüedades o abiertas falsedades los medios, apoyados en la investigación rigurosa de los especialistas, te exhiben; una señal inequívoca de que el juego se te volteó, les decía, es que te vas a la yugular, justamente, de los medios y de las redes sociales, esas que usas con tanta fruición y que de pronto descubres que se burlan de ti, que te usan como carne de meme, que te inventan apodos ofensivos, que llaman a votar en tu contra y que te exhiben como mentiroso. Una señal de que tu gestión es un desastre, pues, es que, compulsivamente, de una manera cada vez más estridente, obvia, impúdica, aplanando el terreno para la censura, “matas al mensajero”.

Ya sé que a los amigos de la progresía académica les irrita leer esto, pero está en el capítulo uno del manual del buen populista. Primero, llegas al poder con las herramientas de la democracia y un arsenal interminable de promesas desaforadas: vaya, que vas a reinventar el mundo y traernos el paraíso tan anhelado. Luego, tomas medidas igual de desaforadas, esas que la historia ha demostrado hasta el cansancio que conducen al desastre, y pones al país en crisis. Cuando las cosas se te voltean, le echas la culpa de la crisis a tus críticos, a los que, antes o después, das trato de enemigos. Lo vimos con Nixon, que no logró convertirse en un populista pero moría de ganas (se le atravesó el Washington Post, que balconeó el escándalo Watergate), como lo vimos con Chávez en Venezuela, como lo vimos con Rafael Correa en Ecuador (se dedicaba a hablar de “poderes fácticos” que actuaban en contra de su Gobierno, ¿recuerdan?), con Alberto Fujimori en Perú ,y por supuesto, hoy, con el troglodita de Maduro, un dictador sin cortapisas.

Bueno, pues esta semana esa amenaza se hizo finalmente explícita en la que pensábamos una democracia perfectamente establecida. Me refiero, por supuesto a los Estados Unidos, donde Donald Trump, que lleva meses entre insultos y amenazas contra la prensa, dijo abiertamente que podría cerrar o “regular fuertemente” las redes sociales, que en su opinión no le dan voz a las fuerzas conservadoras.

¿Se les ocurre algún ejemplo similar en alguna otra parte?

 

                                                                                                                                                   @juliopatan09