El Ministerio de Salud brasileño anunció que mantendrá su recomendación de utilizar hidroxicloroquina en pacientes con el nuevo coronavirus, pese a la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de suspender temporalmente los ensayos clínicos con ese fármaco como medida de precaución.

“Seguimos muy tranquilos y serenos, y no habrá ninguna modificación” en la recomendación, declaró Mayra Pinheiro, secretaria de Gestión del Trabajo y de la Educación en Salud.

Presionado por el presidente Jair Bolsonaro, el Ministerio de Salud de Brasil, el país más golpeado por el coronavirus en América Latina, divulgó la semana pasada un documento en el que ampliaba las recomendaciones del uso de la cloroquina e hidroxicloroquina a los casos leves de Covid-19 pese a la falta de evidencias concluyentes sobre su eficacia.

En Brasil, un consorcio de investigadores liderado por el doctor Marcus Lacerda, de la Fundación de Medicina Tropical, pretendía analizar la letalidad y toxicidad de distintas dosis de cloroquina en enfermos de coronavirus.

“Nuestro estudio levanta suficientes señales de alerta para dejar de usar dosis altas de cloroquina porque los efectos tóxicos superan los beneficios”, escribió Lacerda en su artículo del Journal of the American Medical Association.

El ensayo fue suspendido antes de lo previsto porque 11 de los pacientes murieron.

 

Pacientes piden la sustancia

En los hospitales brasileños, las familias de los pacientes piden cloroquina cada vez más a menudo, relató al diario El País Carlos, un médico de 31 años que atiende enfermos de Covid-19 en unidades de cuidados intensivos tanto de la red pública como de la privada en el estado de Ceará (noreste de Brasil).

Preserva su identidad bajo ese seudónimo para hablar de su día a día, refiere el diario. Carlos ha visto cómo la cloroquina entraba en el vocabulario de pacientes y hace un mes empezó a pedir a las familias de sus pacientes que firmaran un consentimiento.

 

LEG