La vitamina C actúa como antioxidante en el organismo y es necesaria para la síntesis correcta de colágeno.

Este componente se encuentra en alimentos como naranjas, toronjas, pimientos rojos y verdes, kiwi, brócoli, fresas, melón, papas, tomates, entre otros.

Su deficiencia puede causar escorbuto, problemas dentales, anemia, cabello reseco, piel seca, aparición de hemorragias y defectos en los huesos, ya que se ve afectada la formación de tejido óseo, algo que, en los niños provoca fracturas y el escaso crecimiento de estos, de acuerdo con Larry E. Johnson, especialista de la Universidad para Ciencias Médicas de Arkansas.

Dicha carencia suele ser resultado de un consumo insuficiente de esta vitamina en la dieta, también puede aparecer por el exceso de cocción de los alimentos el cual destruye parte de los nutrientes que contienen. Otras causas están asociadas con el embarazo, la lactancia, intervenciones quirúrgicas y quemaduras, por mencionar algunas.

Los principales síntomas son el cansancio, debilidad, irritabilidad y adelgazamiento, al cabo de unos meses aparece el escorbuto, además las heridas tardan más en cicatrizar, las encías pueden verse moradas y sangran con facilidad. En los lactantes y niños, se afecta el crecimiento de los huesos incluso algunos pueden desarrollar anemia.

El diagnóstico puede realizarse con pruebas de laboratorio, en las cuales se solicita un hemograma completo; que ayuda a detectar la presencia de anemia. Las radiografías óseas pueden ayudar a diagnosticar el escorbuto infantil pero no el del adulto.

En los casos menos graves, la carencia de vitamina C se corrige con una dieta acorde a las necesidades de cada paciente; para los casos más graves en los que ha aparecido el escorbuto, se administran dosis diarias de esta vitamina a través de suplementos.

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