Las dos hospitales temporales en el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Centro Citibanamex, destinados para atender casos de Covid-19 que no requieren intubación o cuidados intensivos, todavía cuentan con baja ocupación

En el caso de la unidad temporal Citibanamex (que depende de la Secretaría de Salud local), cuenta al último corte con 90 pacientes, mientras que a la unidad temporal instalada en el Autódromo Hermanos Rodriguez (que depende del IMSS) el miércoles llegaron los primeros cinco pacientes.

A su máxima capacidad, el Centro Citibanamex contará con 854 camas de hospitalización, 36 de ellas de terapia intermedia, donde se atenderá exclusivamente a pacientes referidos del sistema de salud de la capital (es decir, serán enviados por hospitales públicos).

Por su parte, el Autódromo Hermanos Rodriguez que es administrado directamente por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), está equipado con 218 camas con oxígeno, 26 serán destinadas para cuidados críticos respiratorios y las restantes están divididas en ocho módulos con 24 camas cada uno. Se prevé que en su máxima capacidad se atenderá a mil 550 pacientes.

Apenas el 5 de mayo pasado, la unidad Citibanamex albergaba a 39 pacientes con síntomas de Coronavirus, mientras que el 11 de mayo ya tenia a 67 personas, 66 en convalecencia y una en el área de apoyo de terapia intermedia para estabilizarlo.

“Necesitamos suerte”

Un grupo de aproximadamente 20 médicos, quienes laboran en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, fueron trasladados al Autódromo Hermanos Rodríguez.

Uno de ellos -quien pidió el anonimato por cuestiones de seguridad- afirmó que “me avisaron hoy que mi lugar de servicio sería el Autódromo Hermanos Rodríguez y allá vamos. Vamos a cuidar a pacientes infectados por el coronavirus y que tienen un antecedente crónico que condicione su salud”, explicó en entrevista.

El médico aseguró que les ha sido entregado el equipo médico necesario para realizar su trabajo, no obstante, tiene miedo porque se convertirá en un factor de riesgo para amigos y familia.

“Nos han dicho que estaremos a lo mejor un mes, lo más crítico de la pandemia aún no llega, entonces pienso que puede ser más tiempo. La gente tampoco está ayudando, no creen que pueden enfermar súbitamente”, aseguró.

“¡Suerte!”, le grita don Miguel, quien vende tortas a los médicos desde las seis de la mañana.
“Suerte, sí, la vamos a necesitar, quizá con una pizca de responsabilidad y solidaridad al trabajo que tenemos que hacer”, lamentó el médico.

 

LEG