Por: Marlem Suárez

¿Sabías que hay un país en Asia que se dice libre de coronavirus y que incluso reanudó sus partidos de fútbol con entradas gratuitas? Su actual mandatario, Gurbanguly Berdimuhamedow, goza de salir en televisión recitando poemas, es DJ, fanático de los caballos, perros y le encanta coleccionar récords Guinness anodinos, como albergar la ciudad con más edificios de mármol blanco o tener el mayor conjunto de fuentes del planeta. Te presentamos a la República de Turkmenistán.

Es una de las naciones con mayor producción de trigo, y posee la cuarta mayor reserva de petróleo y gas. Poco se sabe de cómo viven realmente sus habitantes, pues el Gobierno mantiene muy controlada a la población, con poco acceso a Internet.

Turkmenistán obtuvo su independencia luego de la disolución de la Unión Soviética, en 1991.

Saparmyrat Niyazov (líder de los turcomanos) ocupó el cargo de dirigente hasta su muerte, en 2006.

Desde ese momento, el culto a su personalidad se volvió recurrente. El “Ruhnama”, su autobiografía, era una lectura obligada en escuelas y organizaciones gubernamentales; y renombró algunos meses y días de la semana con referencias a su persona. Expulsó a los perros de la capital, Asjabad, por su “olor desagradable”, prohibió las artes escénicas, usar cabello largo y barba en hombres, y cambió la palabra “pan” por el nombre de su madre, mismo que le dio al mes de Abril. Fue considerado uno de los dictadores más represivos del mundo, pues aunque revocó la pena de muerte y otorgó derechos humanos oficiales, nunca fueron respetados.

Con Berdimuhamedow las cosas no fueron tan diferentes; restableció las artes escénicas y mejoró los sectores de salud y educativo, pero no existe libertad de expresión ni religiosa.

Dentro de sus atracciones se encuentra el Pozo de Darvaza, la “Puerta del Infierno”, en el desierto de Karakum: en una fosa, el fuego arde desde hace más de cuatro décadas. Claro, también puedes visitar la estatua de oro… de Berdimuhamedow.

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