Es muy difícil encontrar el sinónimo del término “enojado” sin usar una palabra altisonante para definir el estado de ánimo en el que se encuentra la oposición. En los últimos meses se le ha visto desarticulada y, salvo algunas acciones contadas, el escaso peso que tiene apenas se hace sentir en las decisiones trascendentales del país. Carece de coordinación y capacidad propositiva.

 

Ante la crisis sanitaria y sus efectos económicos negativos, cuyos alcances aún son imposibles de medir, esta marcada división no abonará a encontrar el camino para sacar al país de la grave situación en la que nos encontramos y que, no cabe duda, habrá de empeorar en las próximas semanas.

 

Pocas son las voces que, desde la trinchera de enfrente, surgen con un discurso conciliatorio y con el ánimo de sumar. Una de ellas es la de la Senadora Vanessa Rubio, quien, en los diferentes foros en los que participa, no desaprovecha la oportunidad para colocar en la mesa propuestas serias que buscan abonar al debate.

 

Alejada del encono, Rubio Márquez ha logrado cuajar un paquete de ideas que han sido expuestas en entrevistas y participaciones públicas. Una de ellas, una charla con el periodista René Delgado, que fue particularmente interesante.

 

En esa conversación, la legisladora priista dibujó lo que debería ser, en forma y fondo, el discurso propositivo de la oposición. Después de reconocer que el proyecto económico aplicado en administraciones pasadas adoleció de un acento incluyente en su política social, sostuvo que la edificación de un nuevo modelo pasa obligatoriamente por una recuperación del crecimiento económico y un programa de Gobierno que lo impulse, no que lo desdeñe.

 

La tres veces subsecretaria (Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Hacienda) considera que la actual política no es compatible con el reto que enfrentamos. Se pueden, señala, mantener los proyectos prioritarios de Santa Lucía y el Tren Maya, pero, bajo ninguna circunstancia, se puede seguir con la construcción de la refinería de Dos Bocas.

 

De mantenerla, apunta, podrían colapsar a las finanzas públicas e incluso poner en riesgo los programas sociales a los que tanto apuesta la presente administración. Sobre estos últimos, Rubio sostiene que, en el marco de la actual contingencia, las ayudas deben multiplicarse y adelantarse en el caso de los adultos mayores.

 

Un modelo de crecimiento con desarrollo incluyente, apunta, debe tender a sacar a los beneficiarios de los programas sociales de esta lógica y llevarlos al terreno de la productividad.

 

De las apariciones públicas de la Senadora habrá que destacar el tono didáctico y conciliador, que marca una profunda diferencia con las formas con las que se ha conducido el resto de la oposición.

 

Al parecer no se ha entendido que el actual es un Gobierno que dispone de la mayoría y que ha mostrado poca disposición al diálogo, sobre todo cuando éste se traslada al terreno de la descalificación. Al parecer la Senadora ha sabido escoger sus batallas y eso es lo que la hace diferente.

 

Segundo tercio. Todo parece indicar que será revocada la llamada Ley Bonilla en el pleno de la SCJN. El gobernador de Baja California se verá forzado a asumir que su mandato será de dos años, como inicialmente estaba previsto.

 

Tercer tercio. Comienza el mercado negro de cerveza por la inexplicable decisión de frenar su producción y comercialización.

 

                                                                                                                                                  @EdelRio70