A pesar de que Europa concentra a la mitad de los contagiados por la enfermedad de Covid-19 en todo el mundo, y seis países tienen más casos que China, donde se generó la nueva cepa, sectores al interior de las naciones han presionado a tal grado por una reapertura que ya varios estados comenzaron a reactivar actividades consideradas no esenciales en el marco de la pandemia.

República Checa abrió sus mercados agrícolas, tiendas de artesanía, concesionarios de automóviles y salones de peluquería canina, luego de que impuso uno de los confinamientos más estrictos y de los primeros de Europa.

Austria dio el primer paso para reducir las restricciones hace unos días, al permitir que reabrieran algunas tiendas, centros de jardinería y negocios pequeños, mientras planea la reapertura de museos y librerías hacia mediados de mayo.

Luxemburgo dijo que una selección similar de tiendas podría reabrir, y que las escuelas comenzarían a funcionar a partir del 4 de mayo.

Los alemanes regresaron a las tiendas buscando terapia de compras después de un mes de confinamiento, pero la canciller Angela Merkel los llamó a mantener la disciplina para evitar un retroceso en la lucha.

Las tiendas de hasta 800 metros cuadrados, así como los concesionarios de automóviles, bicicletas y librerías, tienen permitido reabrir esta semana bajo un acuerdo con los líderes de 16 estados de Alemania, todos interesados en iniciar el largo proceso para sacar a la economía de una recesión. Las escuelas comenzarán a reabrir en dos semanas.

La mayor economía de Europa ha dependido más de la demanda doméstica en los últimos años, debido a que la fortaleza de su tradicional motor exportador ha disminuido, y la medida es similar a las adoptadas en países vecinos, que están igualmente desesperados por revivir los negocios.

Merkel pidió precaución extrema a los ciudadanos en el primer día de flexibilización de las restricciones: “No debemos permitirnos sentirnos seguros ni un segundo (…) Tenemos que seguir vigilantes y disciplinados”.

Advirtió que, de lo contrario, el número de infecciones podría aumentar bruscamente.

“Sería una lástima que tuviéramos una recaída por imprudentes”.

“La situación que tenemos ahora es engañosa”, prosiguió, señalando que las consecuencias de la reapertura parcial de las tiendas solo podrá evaluarse en 14 días, el período de incubación del virus.

La mandataria germana hizo un llamado a los jefes de gobierno de los estados federados para que no flexibilizaran las medidas para contener la pandemia demasiado pronto y de forma demasiado amplia, pues “también puede ser un error”, reflexionó.

Anunció por otra parte que se establecerían 105 equipos móviles para ayudar a identificar a las personas de contacto sobre el terreno.

En este sentido subrayó que es necesario “un seguimiento preciso de todas las cadenas de infección”.

 

LEG