Foto: Especial La puerta 18, por donde puede entrar el anciano a La Rosaleda lleva su nombre: Puerta Andrés Perales  

España es uno de los países más afectados por la pandemia por coronavirus en todo el mundo, y millones de personas están confinadas en sus domicilios, pero Andrés Perales a sus 83 años vive una situación peculiar: tiene a La Rosaleda, sede del Málaga, como su casa durante esta cuarentena.

 

El octogenario es un jubilado que trabajó desde 1966 con el equipo de Segunda División en España. Fue el chófer del primer equipo durante 25 años, luego estuvo en cargos como jardinero, masajista y hasta delegado.

 

Su hogar está a un costado de la puerta 18 de La Rosaleda, y tiene a su entera disposición el campo del estadio.

 

Mientras mucha gente se queja del poco espacio que tiene para hacer ejercicio en sus casas, don Andrés tiene una sede para 30 mil personas, el campo, y hasta un gimnasio para poder caminar al lado de su hijo.

 

“Lo llevamos bastante bien, imaginamos que al tener tanto espacio es un punto positivo. Somos afortunados dentro del confinamiento, poderlo hacer en un lugar privilegiado. Mis hermanas y yo participamos en la desinfección del estadio, ¡es la limpieza de nuestra casa a lo grande!”, cuenta Andy en una entrevista para el área de prensa del club: “Nuestro padre es mayor y afirma que nunca en su vida había vivido esta crisis tan profunda y a nivel mundial”.

 

La puerta 18, por donde puede entrar el anciano a La Rosaleda lleva su nombre: Puerta Andrés Perales.

 

 

AR