La sonda espacial BepiColombo sobrevoló hoy por última vez la Tierra para tomar rumbo hacia hacia Mercurio, el planeta más pequeño del sistema solar, confirmó esta mañana la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt, Alemania.

 

La nave espacial europeo-japonesa se acercó a la Tierra en la mañana de hoy viernes a menos de 12 mil 700 kilómetros, en términos astronómicos apenas un tiro de piedra.

 

A partir de ese momento vino la parte más crítica de la maniobra: BepiColombo voló bajo la sombra de la Tierra durante más de media hora y, por lo tanto, fue totalmente dependiente de sus baterías.

 

“Esa fase de eclipse ha sido la parte más delicada del sobrevuelo, ya que era la primera vez desde el lanzamiento que la nave no recibía luz solar directa, pues pasaba tras la sombra de nuestro planeta”, dijo Elsa Montagnon, jefa del equipo de control de vuelo de “BepiColombo” en la ESA.

 

 

La delicada maniobra tuvo que prepararse con un número limitado de personas en el centro de control y aplicando las medidas de distancia social adoptadas en respuesta a la pandemia de coronavirus.

 

“Cuando vimos que las células solares volvían a generar corriente eléctrica, supimos que BepiColombo había salido de la sombra de la Tierra y estaba lista para continuar con su viaje interplanetario”, agregó Montagnon.

 

Poco antes de la aproximación más cercana, la sonda espacial tomó sus últimas fotos de su planeta de origen.

 

“Estos selfies desde el espacio son una lección de humildad, pues muestran nuestro planeta, el hogar que todos compartimos, en uno de los periodos más inciertos y preocupantes que hemos vivido muchos de nosotros”, apuntó Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA, que siguió la operación de forma remota desde su casa en España.

 

Lanzada en octubre de 2018, la misión programada para siete años es la primera de la agencia europea a Mercurio. Según una portavoz, solo los costos para la ESA ascienden a unos mil 500 millones de euros (mil 640 millones de dólares).

 

La sonda transporta dos orbitadores planetarios, uno alemán y el otro japonés, que serán puestos en órbita de Mercurio en 2025 y que estudiarán el campo magnético, la superficie y los vientos solares en el planeta más pequeño y el más cercano al sol, que ha sido investigado muy poco hasta ahora.

 

El objetivo de la última órbita terrestre completada hoy fue reducir, mediante la fuerza gravitatoria de nuestro planeta, la excesiva velocidad de hasta 30 kilómetros por segundo de la sonda.

 

Antes de completar en 2025 su recorrido de 9.000 millones de kilómetros hasta Mercurio pasará aún dos veces junto a Venus para seguir frenando su empuje. La misión debe su nombre al matemático e ingeniero italiano Giuseppe (Bepi) Colombo (1920-1984).