Desde el 9 de marzo pasado, por la pandemia de Covid-19, se suspendió la revisión de las carpetas de investigación de casos de desaparecidos, que oscilan en más de 61 mil, de acuerdo al Gobierno federal.

Además de que desde hace un mes, los familiares no han tenido comunicación con integrantes de la Comisión Nacional de Búsqueda, manifestó José Ugalde Mejía, vocero de la asociación civil Desaparecidos Justicia Querétaro.

“Con motivo de la pandemia hay contraste de sentimientos de cumplir con las reglas sanitarias, que es peligroso salir (para buscar en las fosas) y por otro lado, la desesperación de que todo se paralizó para las búsquedas, es una incógnita muy grande de qué hacer”, relató Ugalde en una entrevista con 24 HORAS.

Comentó que ahora que permanecen en casa, mediante redes sociales visibilizan el problema, “queremos decir que no bajamos la guardia y que existe la confianza que pronto esto pase bien para seguir en la busque en vida y en campo”.

A pregunta expresa sobre si las autoridades han propuesto una videoconferencia con las víctimas respondió que no, y resaltó que sería favorable hacer ese tipo vínculo, pero no han tenido respuesta alguna.

“Al momento que paró todo por la emergencia sanitaria tenemos la impresión que ya se olvidaron de los desaparecidos y para nosotros es un impacto muy fuerte. Es inimaginable el dolor de los padres de no poder hacer nada, aumenta el dolor y reduce las posibilidades de poderlos encontrarlos; y esta situación por el Covid va a prolongarse”, detalló el padre de José Saúl, a quien se vio por última vez en Querétaro el 14 de septiembre de 2015 y cuyo cuerpo fue encontrado el 18 de diciembre de ese año.

El Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México instó a las Comisiones de Búsqueda, Fiscalías Especializadas y Comisiones Ejecutivas de Atención a Víctimas, que informen cuál será su plan de acción para mantener sus funciones y tareas activas en este período de contingencia, así como la forma en que harán frente a la búsqueda inmediata con estrategias eficaces ante la disminución de capacidades para regresar a los familiares de las víctimas a sus casas.

“Para las familias de personas desaparecidas, el aislamiento obligatorio significa días perdidos, pero tenemos muy claro que es momento de priorizar la vida de todas las personas; si no estamos sanas y sanos, no seremos útiles para seguir buscando a las más de 61 mil personas que nos faltan”, indicó el organismo.

 

LEG