Ecuador Coronavirus

En Guayaquil, Ecuador, un hombre que ingresó al Hospital General Guasmo Sur luego de presentar síntomas parecidos a los del Covid-19, falleció y tardó días en ser sepultado.

 

El paciente fue llevado a un consultorio junto a otras personas enfermas acompañado de su esposa tras tener problemas respiratorios, mientras que  sus hijas salieron a buscar un tanque de oxígeno.

 

Dos días más tarde, el hombre fue trasladado a una sala donde le habilitarían todos los equipos junto a otras 50 personas, por lo que su esposa decidió dejarlo ahí sin el oxígeno que habían comprado.

 

Sin embargo, al día siguiente su esposa e hijas fueron informadas sobre lo ocurrido, pues el hombre había sido entubado.

 

Posteriormente, el hombre había fallecido tras un paro cardiorrespiratorio que no resistió.

 

A partir de ese momento, los familiares del ecuatoriano comenzaron con la “pesadilla”, pues no imaginaron lo difícil que sería el proceso para poder sepultarlo.

 

Pues una de sus hijas, señaló que tuvo que formarse para obtener el certificado de defunción de su padre, pero las filas eran enormes.

 

“Junto a mí había dos personas, quienes reclamaban porque no encontraban el cuerpo de sus familiares y estaban en la fila por tercer día para buscarlos”, comentó una de las hijas.

 

Tras cuatro largas horas de espera, cuando la joven intentó realizar el papeleo, el hospital aseguró que su padre no estaba en el listado de muertos, pues el médico que lo atendió nunca lo registró dentro de los nombres de los fallecidos.

 

Pesea esto,  las autoridades hicieron esperar a la fémina para confirmar su fallecimiento y tiempo después de ratificar esa información,  la joven pudo continuar con el proceso recibiendo los documentos.

 

Sin embargo, la mujer señaló que los papeles no decían que su padre había fallecido por Covid-19.

 

Ante esto, la joven confesó que al principio la idea era cremarlo, pero las citas para cremación tenía una espera de hasta dos semanas, por lo que decidieron sepultarlo en un ataúd.

 

“Me querían vender un ataúd en 1.300 dólares y 300 más para hacer el trámite que yo ya había hecho gratis”, agregó.

 

La mujer dijo que debido a la demanda subieron los precios de los trámites, ataúdes y los espacios para sepultarlo, así que debía pensar en qué  lugar descansaría su padre.

 

Desde un inicio, descartó la idea del Cementerio General de Guayaquil, pues sabía que debía hacer fila desde las 2:00 de la mañana para que a las 11:00 le informaran si estaba entre los 50 seleccionados para hacer el trámite ese día.

 

Así que buscó y buscó encontrando un lugar en la ciudad de Durán, una localidad vecina de Guayaquil, entonces, ahora iría a recoger el cuerpo de su padre al hospital para finalmente enterrarlo.

 

“Estuve como tres horas haciendo fila. Ese día fue peor. Ahí en esas tres horas vi llegar a cuatro personas sin signos vitales; personas entrar con su tanque de oxígeno y después de una hora el familiar ya estaba haciendo fila en admisiones, porque su familiar falleció; gente desesperada llegando y el único médico de emergencias con solo una enfermera ayudando a restablecerlo, mientras le decían al familiar que no tenían oxígeno, que vayan a buscar un tanque. Y la gente moría delante de mí”, relató la mujer.

 

La chica describió que recuperar el cuerpo de su padre parecía una misión imposible, pues llevaba casi tres días sin saber algo, por lo que comenzó a desesperarse.

 

“Llevaba tres días tratando de recuperar el cuerpo, otros tenían hasta ocho y 10 días”, mencionó.

 

Desesperada y preocupada, la mujer declaró que recuperar el cuerpo de su padre fue algo que no le desea a nadie y que la situación que se vive en Ecuador es real.

 

“Una persona salió a decirnos que los fallecidos de menos de 48 horas iban a ser entregados y que los que tenían más de 48 horas serían llevados a una fosa común. Entré en desesperación, porque mi papá ya tenía tres días fallecido”, contó.

 

Pero, luego de una larga espera, finalmente, la joven fue llamada para que ingresara a identificar el cadáver de su padre.

 

“No sé de dónde saqué tanta fuerza para resistir todo eso. Lo importante es que mi papá ya descansa en paz; pero muchas familias aún claman por llevarse a sus fallecidos todos los días”, enfatizó.

 

Con información de RT

 

PAL