Ni condonación, subsidios, salvamentos, rescates ni facilidades para diferir el pago de impuestos contempla el plan de reactivación económica que anunciará el presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Entonces?

Esa es la gran pregunta, la gran incógnita.

Pese a las reiteradas peticiones de la iniciativa privada para que el Gobierno aplique medidas de respaldo al empleo, López Obrador reiteró ayer en su homilía mañanera que ninguna de esas medidas será aplicada por su Gobierno.

Porque si se difiere o condona -hasta ahora ninguna organización patronal ha pedido la condonación de impuestos-, razonó el mandatario, no habrá dinero para entregar a los discapacitados, a los estudiantes, a los adultos mayores, a los campesinos.

Si atendemos a estas palabras, el plan no será de rescate porque no incluirá recursos para la generación de empleos sino para la mitigación de los efectos económicos de la pandemia en los sectores menos favorecidos.

Dicho de otra manera, se privilegiarán los programas sociales de este Gobierno por sobre la permanencia y generación de los empleos.

Ningún dirigente empresarial conoce el misterioso programa porque no han sido llamados a participar en su elaboración.

El programa del presidencial será unilateral -al menos hasta ahora ha sido así-, sin que los empresarios o los gobernadores de los estados lo conozcan.

Tampoco el secretario de Hacienda, Arturo Herrera ha dado señales del rumbo de tal programa.

¿Cuáles son las medidas pues que el Gobierno prepara para evitar que la economía se derrumbe y que su recuperación sea más lenta que la de otros países?

¿Cómo se puede ayudar a los pobres cuando lo que todos los especialistas advierten es una tasa desempleo no vista en los últimos 30 años en el país?

Ojalá que el Presidente, al que John Ackerman calificó como científico, tenga la fórmula mágica para sacar al país de la recesión.

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En las redes sociales circuló ayer un video, con buena producción, en la que se anunciaba la decisión del súper delegado del Gobierno federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, de restar 500 pesos de las ayudas, federal o estatal, que reciben los 800,000 adultos mayores del padrón del estado, para la compra de un “cachito’’ del sorteo del avión presidencial.

En el video se hace énfasis en el hecho de que la “cooperación’’ voluntaria será para apoyar la compra de medicamentos en esta etapa de la pandemia.

Nadie se encargó de desmentir el video, que de ser cierto, sería uno de los más grandes atropellos a los adultos mayores y confirmaría las versiones de que la venta de boletos para la rifa-no rifa del avión no-avión no es, ni por mucho, lo que el Gobierno dice.

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El que se ha solidarizado con los adultos mayores de su estado es el diputado potosino  Ricardo Gallardo, quien a nombre propio y del Verde Ecologista ha distribuido hasta el momento 10,000 apoyos alimentarios a personas de más de 60 años.

Se trata de una despensa que va siendo entregada casa por casa que contiene, entre otros productos, pasta para sopas, frijol (sin gorgojo), arroz, aceite, galletas y harina.

En el reparto de las despensas se privilegia a los adultos mayores con alguna discapacidad y aquellos que fueron enviados a su casa y que no tienen ingresos.

Ya en días anteriores, el diputado Gallardo había entregado naranjas, limones gel antibacterial, cloro y agua potable a la misma población de adultos mayores.

Bien.