En Haití, donde el acceso al agua limpia es complicado y falta educación, niños y niñas scouts salen a la calle con lavabos portátiles para permitir que los transeúntes se laven las manos y enseñarles la importancia de evitar el coronavirus.

Los haitianos temen que su densamente poblado país pueda verse especialmente afectado por la pandemia, dada la falta de infraestructura y escasos servicios de salud.

Las autoridades declararon la semana pasada el estado de emergencia, cerraron fronteras, escuelas y lugares de culto, después de detectar los dos primeros casos de coronavirus. El recuento oficial ha aumentado a seis.

Con uniformes de color caqui y coloridos pañuelos, los scouts comenzaron hace dos semanas a instalarse en docenas de esquinas de las calles de la capital con lavabos portátiles, que conectan al suministro de agua de una escuela, iglesia o negocio local, o un simple cubo.

Para atraer gente, los scouts a veces tocan una canción pegadiza del músico local Jean Jean Roosevelt, que mezcla zouk con otros ritmos afrocaribeños, y usan letras que fomentan medidas de higiene para abordar la epidemia, que ha infectado a más de 377.400 personas en todo el mundo y ha matado a más de 16 mil 500.

“El objetivo de las estaciones es desarrollar buenos hábitos en los haitianos”, dijo a Reuters Emmanuel Paul, de 42 años, líder Scout para la región occidental de Haití.

“La primera semana, muchos se mostraron reticentes, no querían lavarse las manos con el pretexto de que Dios es bueno y nos protegerá”.

Las estaciones de lavado de manos también se han instalado en otras partes de Haití.

Sin embargo, incluso con las mejores intenciones, la mayoría de los haitianos no tienen agua corriente o sus propios tanques y tienen que comprarla o, si no pueden permitírselo, usan manantiales donde a menudo está contaminada.

El difícil acceso al agua potable exacerbó el brote de cólera hace nueve años, del que Haití apenas se está recuperando y que según Naciones Unidas causó la muerte de casi 10.000 personas.

El ayuntamiento de Puerto Príncipe también instaló algunas estaciones de lavado de manos en plazas y en la entrada de algunos mercados, pero eso no es suficiente, dicen los haitianos, y el Estado tiene poco dinero.

 

LEG