La pandemia le da los primeros golpes a nuestro país, y en realidad todo es aún incierto, en términos estrictamente de salud.

Lo que no es incierto es que la economía mexicana se va a ver, en un escenario muy optimista, al borde del precipicio, y en uno más realista, dentro del precipicio. Como se ha adelantado, es muy probable que el Gobierno, cuyo titular si de algo sabe es de culpar al exterior, se agarre al coronavirus para lavarse la cara por sus malísimos resultados frente a una ciudadanía que la va a pasar muy mal, eso en el sexenio del ya no más crecimiento mediocre y de la utopía igualitaria. “Íbamos requetebién y se nos atravesó esta desgracia, caray. Ai’ pa’ lotra ”.

Y sí, el golpe para la Economía del mundo entero va a ser durísimo. Dicho lo cual, que no se nos olviden varias cositas.

Primero, no olvidemos que las cifras de la 4T ya eran desastrosas antes de la pandemia.

No olvidemos tampoco que parte importante de ese desastre viene de la apuesta por Pemex, que perdió 35 mil millones de dólares antes, tampoco lo olvidemos, de la guerra petrolera.

No olvidemos que, ante el bajón del precio del barril, el Presidente aseguró, incomprensiblemente, que le apostarían a aumentar la producción, y a meter lana, porque sí, porque puedo, en Dos Bocas.

Como deberíamos recordar que con la crisis en puertas, mediante una consulta lo que sigue patito, el régimen decidió cancelar una planta cervecera en la que se había invertido 900 millones de dólares. Y no olvidemos que esa cancelación gandalla, demagógica, tiene antecedentes en Texcoco, en Pemex, en la energía eléctrica, ejemplos sangrantes de que en este país no debes invertir un centavo, porque las reglas no se respetan y porque tu inversión puede irse directamente a la basura.

Tampoco olvidemos que otros presidentes anuncian medidas fiscales y programas de inversión para enfrentar la crisis, porque muchas empresas están amenazadas de irse a la quiebra y por lo tanto, todos nosotros, de una nueva epidemia, la del desempleo, nuestro Presidente dijo que no, que insistiría con la repartición de dinero en sus programas sociales, o, sin más precisiones, que apoyaría a negocios “pequeños”, porque pos ya no somos neoliberales, y que venga el Tren Maya.

No olvidemos, en fin, que estamos ante un crisis autoinfligida. No lo olvidemos porque, sí, en un año habrá elecciones, y debemos considerar que en un panorama mundial funesto en términos de los dineros, este Gobierno decidió mandar a miles de personas a la calle.

 

@juliopatan09