Bajo las fuertes luces fluorescentes del área de registros de pasajeros del aeropuerto El Dorado de la capital colombiana, más de 100 turistas varados se acostaron a dormir en camas de lona.

 

Afuera, Colombia se preparaba para el inicio de un aislamiento obligatorio de 19 días que decretó el Gobierno para frenar la propagación del coronavirus en medio del que suspendió los vuelos internacionales, una medida que dejó a los extranjeros preguntándose cómo y cuándo podrán regresar a casa.

 

Los turistas varados, de países como Chile, Argentina y España, esperan vuelos especiales para volver a casa.

 

“Estamos todos ya pasando 3 días y medio y hay gente que está cayendo en desesperación”, dijo el martes el chileno Miguel Sarabia, de 36 años, quien con su novia Paulina Meza, de 30 años, organizaban a su familia conformada por cinco niños en el aeropuerto.

 

El Gobierno del presidente Iván Duque, como muchos en todo el mundo, decretó estrictas medidas para combatir la propagación del coronavirus. Los vuelos están bloqueados, el transporte de larga distancia está restringido y los colombianos deben quedarse en sus casas hasta mediados de abril.

 

El país sudamericano tiene 470 casos confirmados de COVID-19 y cuatro muertes. A nivel mundial, el brote ha causado la muerte a más de 18.400 personas.

 

Muchos turistas fueron atrapados por cierres, incapaces de encontrar vuelos a casa en medio de reprogramaciones y aumentos de precios.

 

Además de los 157 que duermen en el aeropuerto, se cree que miles más viven en hoteles y otros alojamientos, aunque los funcionarios de migración no pudieron confirmar una cifra.

 

“No tenemos absolutamente ninguna idea todavía confirmada de cuándo vamos a salir”, afirmó Sarabia, para quien quedarse en el aeropuerto es más seguro y más barato que un hotel.

 

Sarabia, Meza y sus hijos, con edades comprendidas entre 1 y 13 años, viajaron a la idílica isla caribeña de San Andrés para unas vacaciones que no terminaron como esperaban.

 

“Si es difícil dormir acá porque pasamos frío. Esa cosa que suena, suena toda la noche, se prenden y se apagan las luces todo la noche”, dijo Meza, quien tiene cinco meses de embarazo.

 

“El bebé obviamente no está acostumbrado a dormir en estas cosas y yo tampoco con la condición que tengo”.

 

Otros están preocupados por lo que les puede esperar en casa.

 

“Obviamente no es agradable porque España precisamente es uno de los países que más impacto esta teniendo con el coronavirus. Entonces es como ir al foco de infección”, dijo Abraham Ferrer, de 36 años, que vive en Valencia y espera un vuelo para el viernes.

 

La frustración con las embajadas es generalizada.

 

“Es una falta de respeto. Ni siquiera vienen a darnos la cara. Si ellos vinieran aunque sea a decirnos ‘miren no podemos ayudar, pero estamos acá con ustedes’ algo, nada, no vienen, no contestan los teléfonos”, dijo la argentina Tania Granado, de 33 años, quien viaja con su esposo y sus dos hijos pequeños.

 

cs