La Junta de Gobierno de la UNAM está ante la disyuntiva histórica de validar la corrupción o extirparla de una vez por todas de la Máxima Casa de Estudios.

La Junta de Gobierno es el órgano que elige, de acuerdo con la Ley Orgánica, al Rector y a los Directores de Escuelas y Facultades y, es precisamente en estos momentos que analiza el caso de la eventual reelección del Raúl Juan Contreras Bustamante, quien ha cobrado los últimos 4 años como Director de la Facultad de Derecho.

Muchos intereses, particularmente de carácter externo, están en juego, pues si bien la UNAM es un “filón de oro” para grupos políticos, la Facultad de Derecho es de las más atractiva de todas. No es casual, de ella han egresado quienes han gobernado y gobiernan en varios ámbitos al país.

[ ] Por eso, imponer condiciones, marcar derroteros y elegir al Director de esta Institución, se convierte en un proceso donde la ambición desmedida hace de las suyas.

El director Contreras ha señalado que la Facultad de Derecho es la mejor Institución de Iberoamérica, pero omite decir que en ella se ha limitado, de manera flagrante, la libertad de expresión y, también,, se ha impulsado la creación de grupos de poder, donde mafias e intereses obscuros intentan imponer sus reglas. .

La disyuntiva para la Junta de Gobierno es decidir entre la CORRUPCIÓN y la DECENCIA.

Las denuncias son contundentes y las pruebas debidamente certificadas, confirman que el maestro Contreras Bustamante no cumple con uno de los requisitos fundamentales para ser Director: LLEVAR UNA VIDA HONORABLE, como lo establece el artículo 39, fracción 2ª del Estatuto General de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Mas allá de las descalificaciones y los ataques contra quienes hemos decidido alzar la voz y denunciar los abusos, los hechos son irrefutables.

El doctor Contreras Bustamante, desde el año 2003, es Profesor de Tiempo Completo de la UNAM, responsabilidad que le obliga a mantenerse en las aulas y en los Seminarios 40 horas semana-mes, pero ha incumplido esa esencial obligación; lejos de respetar su contrato con la UNAM, donde recibe actualmente un salario de cerca de 200 mil pesos mensuales, al mismo tiempo se desempeñó como Director de Recursos Humanos en la Secretaria de Salud en el Gobierno Federal (del año 2001 a julio del 2009), ocupando de manera ilícita una doble plaza, siendo actividades notoriamente incompatibles por la naturaleza de los cargos, las responsabilidades y los horarios.

Otra falta grave en la que incurrió el Dr. Contreras y que se denunció ante la Contraloría Interna de la UNAM y la Auditoría Superior de la Federación, fue que siendo Profesor de Tiempo Completo, también se desempeñó como Representante del Gobierno de Veracruz en la Ciudad de México en 2015, cargo que le fue asignado por el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien además, en 2011, ya le había otorgado una Notaria Pública en Banderilla, Veracruz, sin tener experiencia alguna en el ramo.

Estos datos, debidamente sustentados, revelan el alto grado de corrupción que implica la eventual reelección del Doctor Contreras que, de confirmarse, será tanto como validar que cualquier maestro o investigador de la UNAM de Tiempo Completo, pueda ocupar cargos públicos de naturaleza tal que, utilicen su plaza universitaria sólo para cobrar como aviadores indeseables.

La UNAM debe conservar, preservar y sobre todo salvaguardar sus recursos y garantizar que su presupuesto sea gastado con honestidad en beneficio de la educación pública.

En este sentido, el maestro Contreras ha sido deshonesto, omiso y corrupto al no reintegrar a la UNAM esos sueldos que no devengó.

Lo más graves es que hoy pretenda seguir defraudando cuatro años más a la UNAM, al reelegirsen como titular de la Facultad de Derecho, la institución que forma a los más destacados representantes del Poder Judicial de la nación.

Sería muy lamentable que la Junta de Gobierno ratifique los oscuros negocios del Dr. C