Única excepción dentro de un ámbito deportivo del todo congelado por la pandemia de Covid19, desde Japón insisten que el 24 de julio se inaugurarán los Olímpicos.

Por mera cuestión de fechas, todavía no es momento para que así se decida. Porque los ya pospuestos Eurocopa, Copa América, torneo de tenis de Roland Garros, estaban marcados para efectuarse entre mayo y junio, meses en los que hoy no se ve cómo pueda restituirse la normalidad.

Sin embargo, así como no hay forma de garantizar que en abril se logren retomar los torneos locales de futbol para concluirlos al inicio del verano (otra propuesta es que la final de Champions pase del 30 de mayo al 27 de junio), tampoco existe claridad respecto a cómo y cuándo se clasificarían a Tokio los miles de atletas cuyos preolímpicos están pospuestos indefinidamente –ya no decir si en cuatro meses podrán congregarse en una Villa Olímpica 15 mil personas provenientes de más de 200 países.

La declaración japonesa de este martes ha sobrado. Si con anterioridad se recalcó que hasta mayo se determinaría el devenir de estos Juegos, no hay razón para hacerlo a mediados de marzo. Porque los miles de potenciales aficionados que pensaban en acudir, hoy no se aventurarán a reservar vuelos o comprar boletos. Porque los patrocinadores hoy no producirán o pautarán campañas con motivo de la cercanía de los Juegos. Porque buena parte de los atletas hoy no saben siquiera si se clasificarán a la justa. Porque hoy el mundo no está para eso.

Por supuesto, que Tokio 2020 arrancara como originalmente se programó, sería la mejor de las noticias como confirmación de que se pudo vencer a este mal en el menor tiempo posible. Incluso resultaría maravilloso, con todo lo que el olimpismo representa de universalidad y unión, como símbolo de una humanidad levantada tras tan severo golpe.

Sin embargo, en una conferencia de prensa plagada de periodistas portando cubrebocas, lució irresponsable hablar de un recorrido de antorcha olímpica con personas decidiendo por sí solas si se amontonan para vitorear al antorchista.

A Tokio 2020 de momento no le queda más que ir arrancando hojas del calendario y suplicar que esto pare a la brevedad.

La Eurocopa se apuró en su anuncio, presionada por la actividad a nivel de clubes, que son quienes ponen el dinero para que el futbol camine. Los Olímpicos, acaso en un afán de diferenciarse del otro gran evento del verano, se equivocaron pronunciándose tan a destiempo.

Si sólo dependiera de Japón, que incluso siendo vecino de China ha reportado cifras muy bajas de contagios y muertes, habría manera de adelantar su optimismo. Si se entiende que los Olímpicos convocan a personas de cada rincón del planeta, el optimismo debe esperar.

Como colofón, Kozo Tashima, titular de la Federación Japonesa de Futbol y vicepresidente del Comité Organizador de Tokio 2020, ha dado positivo por Corona Virus tras una gira europea. Y es que los Olímpicos, como todo lo que atañe al Covid19, no son asunto de un solo país.

Twitter/albertolati

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