Desde hace unas semanas el tema del coronavirus ha sido lo más relevante en los medios informativos. El tema ha acaparado las planas de los principales diarios y los temas de conversación.

Los primeros casos se originaron en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China y el pasado 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo la declaratoria de pandemia. No es ningún juego, es un tema de suma importancia y no debe minimizarse el asunto.

Otros países han tomado una serie de medidas que han incluido el cierre de fronteras, la restricción de la movilidad de las personas e incluso la cuarentena nacional. Estas medidas parecen drásticas, pero sucedieron por no aplicar desde el comienzo el distanciamiento social. Las autoridades mexicanas hasta el momento han recomendado medidas de prevención, y han argumentado que aún estamos en la fase 1, sin embargo, lo ideal es que comencemos nosotros mismos a prevenir una afectación más severa, especialmente para no causar la saturación del sistema de salud.

El pasado fin de semana se realizaron algunos eventos masivos a pesar de que hubo una petición importante en las redes sociales por cancelarlos. Las autoridades de salud han mencionado que aún estamos en la fase 1 de contingencia epidemiológica, pero lo ideal hubiera sido que se pospusieran, como ocurrió con otros eventos que ya anunciaron que se pospondrían, como el Tianguis Turístico, en Mérida o la feria de San Marcos, en Aguascalientes. Uno debe ser consciente de que el coronavirus se esconde y crece exponencialmente.

Es necesario que todos seamos responsables para lograr una reducción importante en la letalidad de la población. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tasa de letalidad (porcentaje de gente que fallece en relación con el total de infectados confirmados) es de 3.4%, sin embargo, un estudio reciente1 ha calculado que varía en relación con las medidas que se implementen en los países. Los que estén más preparados e implementes medidas (China, Corea del Sur) tendrán una tasa de letalidad de entre 0.5 y 0.9%, aproximadamente, al contrario, los que no lo estén tendrán una tasa de letalidad entre el 3 y 5%, aproximadamente (como Italia e Irán).

El crecimiento exponencial en México parece inevitable, pero se puede reducir su impacto, especialmente con el distanciamiento social, evitando lugares públicos concurridos, guardando una distancia con las demás personas y limitando el desplazamiento. Esto también debería aplicar para el presidente (¡se tenía que decir!). En ese sentido, la Secretaría de Salud anunció un paquete de medidas de intervención llamada Jornada de Sana Distancia para prevenir la propagación de la enfermedad que estarán centradas en aumentar el distanciamiento social, que se aplicarán del 23 de marzo al 19 de abril.

Lo que se busca no sólo es hacer que la mayor cantidad de personas permanezcan sanas, sino postergar una gran cantidad de casos para evitar la saturación de los servicios de salud. Por último, es importante no olvidar las siguientes 5 medidas preventivas.

Lavarse las manos de manera frecuente con agua y jabón; evitar tocarse los ojos, la boca y la nariz; en caso de sentirse enfermo llamar al médico y evitar el contacto directo con los enfermos; limpiar y desinfectar los objetos y las superficies de uso común y muy importante, no caer en pánico y corroborar que la fuente de la información consultada sea confiable. Esto último es muy importante, porque los mensajes falsos se propagan con mayor facilidad y generan miedo en la población.

 

* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx