Foto: Especial La rápida expansión del coronavirus Covid-19 en Estados Unidos desmintió las falsas afirmaciones sobre “grandes acciones para contener su avance”  

La rápida expansión del coronavirus Covid-19 en Estados Unidos desmintió las falsas afirmaciones sobre “grandes acciones para contener su avance” y mantener “control absoluto de la situación”, como aseguraba el presidente Donald Trump.

 

Los contagios desnudaron la respuesta pobre, caótica y desarticulada de su Gobierno para confrontar la crisis que sale de control, con más de 200 casos de infección en 30 estados y al menos 19 muertes en menos de seis semanas, en momentos en que la epidemia cobra 3 mil 700 muertes en todo el mundo, con más de 108 mil infectados en un centenar de 100 países.

 

En contraste con medidas drásticas de Italia para contener el alarmante avance del Covid-19, como restringir a casos de extrema urgencia la entrada o salida de 11 millones de habitantes de Lombardía y 11 provincias del norte de Italia, donde Alberto Cirio, gobernador de la región de Piamonte fue infectado, o la suspensión de vuelos a Europa, ordenada por el Gobierno de Irán, que registra 145 muertes y casi 7 mil infectados, el Gobierno de Trump “exhorta” a la población norteamericana a “no cambiar su vida cotidiana”, mientras Muriel Bowser, alcaldesa de Washington, anunció el primer caso registrado en la capital estadounidense, y el Pentágono informó la hospitalización de un infante de Marina, infectado con el virus, en un hospital del condado de Fairfax, Virginia.

 

 

PRIMERAS MUERTES EN FLORIDA

Este estado anunció las primeras dos muertes por coronavirus en casos que no había detectado, a pesar que ya habían revisado a 220 personas, y de 80 se esperan los resultados.

 

También Maryland reportó la primera muerte, y alertó al Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) y a la Casa Blanca sobre la detección de síntomas de Covid-19 y hospitalización de un asistente a la Reunión Anual del Comité Conservador de Acción Política (CPAC) -donde hablaron el presidente Donald Trump, el vicepresidente Mike Pence, el exjefe de Gabinete, Mick Mulvaney, Ivanka Trump, su esposo Jared Kushner y el secretario de Estado, Mike Pompeo, entre otros.

 

La Casa Blanca no informó si los funcionarios son sometidos a pruebas, mientras en Mar-a-Lago, el presidente Trump dijo -al recibir al presidente brasileño Jair Bolsonaro-, que “no teme si fue infectado” y que, contraviniendo la solicitud de evitar grandes concentraciones, “asistiría a tremendos eventos” de campaña por su pretendida reelección.

 

 

TRUMP, MAS PREOCUPADO POR LA BOLSA QUE POR CONTAGIOS

Más preocupado por el impacto en la economía y su efecto en la elección presidencial, el Gobierno de Trump realizó solo 5 mil 861 pruebas a personas con síntomas de coronavirus, en contraste con países como Corea del Sur, donde diariamente se analizan a 10 mil personas, perdiendo tiempo crucial.

 

El vicepresidente Pence, el secretario de Salud, Alex Azar, y funcionarios del sector difunden información falsa de la crisis, y adulan al Presidente por su decisión de declarar “Emergencia de Salud Publica” a finales de enero, restringiendo la entrada de no ciudadanos de EU que hubieran visitado China, en el desesperado esfuerzo de contener el colapso del mercado de valores y desaceleración económica.

 

 

HASTA AQUÍ 3 MIL GRANDES EMPRESAS CANCELAN VIAJES PARA EVITAR CONTAGIOS

Grandes empresas e instituciones sacrificaron ganancias y redujeron o suspendieron servicios para frenar el contagio de Covid-19, como la empresa ferroviaria Amtrak, que canceló hasta el 26 de mayo su servicio directo Acela, de Washington a Nueva York, ahora bajo estado de emergencia a causa del número de infectados confirmados, que rebasa los 76.

 

La Universidad de Stanford movió todas sus clases a Internet para seguridad de sus alumnos.
La empresa Sales Force instruyó a sus empleados a trabajar desde casa todo el mes de marzo.

 

Tras el anuncio de la epidemia en la provincia de Wuhan, China, el presidente Trump la minimizó, poniendo en duda el nivel de mortalidad y asegurando que “es como una gripe común y mucha gente que la padece se siente cada día mejor, al grado que regresan a trabajar”, lo opuesto a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro de Prevención y Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) estadounidense.

 

 

GOBIERNO DICE A CIUDADANOS: NO CAMBIEN SU FORMA DE VIDA

“En este momento, la mayoría de estadounidenses no necesitan cambiar su vida cotidiana, pero deben estar conscientes y practicar reglas de higiene”, dijo Azar, quien en cada aparición asegura que “las medidas del Presidente han ayudado a salvar vidas”.

 

“Hemos contenido esto casi en su totalidad”, dijo el asesor económico de Trump Larry Kudlow a la cadena de televisión CNBC.

 

El gobernador Mario Cuomo, de Nueva York, y otros demócratas acusan al Presidente de “crear más ansiedad mostrando confusión con su incapacidad para realizar exámenes agresivamente, a fin de conocer el avance de la epidemia.

 

“La ansiedad y el miedo son un problema mayor que el del virus”, dijo Cuomo. La Casa Blanca acusa a los demócratas de “politizar la epidemia y buscar un nuevo engaño, como la injerencia rusa en la elección de 2016, y su presión a Ucrania para investigar a los Biden”, que originó el juicio político contra Trump.

 

“Desafortunadamente vemos en la izquierda y algunos medios de comunicación un desagradable esfuerzo de distraer y perturbar al pueblo americano con intrigas y retórica alarmista y atemorizante”, dijo Judd Deere, vocero de la Casa Blanca.

 

Trump ha llegado al extremo de querer endosar al expresidente Barack Obama “la poca habilidad del Gobierno federal para asegurar exámenes masivos de potenciales personas infectadas de coronavirus, sin considerar la forma rápida y efectiva en que se combatieron el zika y el Ebola bajo la gestión de su antecesor.

 

 

CRUCERO GRAND PRINCESS DESEMBARCARA EN OAKLAND

Tras días de angustia, coraje y frustración, 3 mil 500 personas que viajan a bordo del crucero Grand Princess finalmente podrían desembarcar ayer en el puerto de Oakland, California, en medio de grandes medidas de seguridad, luego de navegar frente a las costas de San Francisco, con más de 40 infectados de coronavirus, de lo que se enteraron a través de la televisión.

 

El presidente Trump, quien contradice las estimaciones de mortalidad del coronavirus de los científicos de la OMS, había expresado su renuencia a permitir que los pasajeros del crucero, en su mayoría estadounidenses, desembarcaran en un puerto de este país, “porque no quería que se incrementara el numero de casos de personas infectadas, ya que lo habían adquirido en otra parte”.

 

 

EL GOBIERNO PERDIÓ OPORTUNIDAD DE CONTROLAR CRISIS DE COVID-19

Desde su viaje a India, la semana pasada, el presidente Donald Trump contradijo a expertos en salud mundial, restó importancia a la aparición del virus -70 veces más pequeño que una célula sanguínea-, que se expande rápidamente, con el argumento de que “genera un pequeño resfriado que muchos superan en corto tiempo” (lo que lo hace mas dificil de detectar) y asegurando que “las altas temperaturas que se esperan lo eliminarán por completo”.

 

En lugar de solicitar a finales de enero los 8 mil 300 millones de dólares para lanzar pruebas masivas, iniciar el desarrollo de vacunas, preparar el transporte y alojamiento temporal seguro de personas infectadas o en cuarentena, ordenar a sus funcionarios convocar y apoyar a expertos, asegurarse de que hospitales y autoridades de salud contaran con dinero, trajes, máscaras N95 y equipo de protección adecuados para trabajadores de la salud, entrenamientos, preparación para la atención masiva de emergencia con más camas, personal médico y todo lo necesario para responder a una inminente crisis, como ocurrió durante administraciones pasadas, el Presidente mostró desdén minimizando el peligro y -sin fundamento-, argumentó que “todo estaba bajo control” y que “una simple gripa cobra más vidas”.

 

Lejos de obtener información de científicos chinos sobre el sistema de detección que desarrollaron, del que laboratorios alemanes publicaron su propia versión, adoptada por la OMS, Estados Unidos enfrentó problemas en el sistema de detección que el CDC advirtió el 24 de enero.

 

Cuando laboratorios de universidades, públicos y privados que rutinariamente examinan pacientes comenzaron a preocuparse por la dependencia del CDC y propusieron contribuir en la realización de las pruebas, CDC y la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) les advirtió que no estaban autorizados para realizar análisis sin previa autorización, revela Scott Gottlieb, exfuncionario de la FDA.

 

“Cuando los casos comenzaron a registrarse fuera de China, las autoridades de salud de EstadosUnidos debieron buscar una respuesta flexible para realizar pruebas, flexibilizando la regulación de todos los hospitales”, de acuerdo con Melissa Miller, directora del Laboratorio de Microbiología Clínica Molecular de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte.

 

 

TRUMP ATACA A FUNCIONARIOS QUE ADVIERTEN DE EXPANSIÓN

Cuando funcionarios como Nancy Messonnier, directora de Inmunización del CDC, advirtió que “la propagación del Covid-19 era solo cuestión de tiempo”, y recomendó medidas como el cierre de escuelas y cancelación de reuniones masivas, en lugar de tratar de rastrear los casos, el presidente Trump enfureció, atacando a la funcionaria por lo que calificó de “retórica alarmista que pondría a girar los mercados financieros”.

 

Luchando por “devolver la confianza a los inversionistas”, Trump incurrió en manipulaciones, exageraciones y mentiras, asegurando que “se enviaba equipo a hospitales, se hacían pruebas a quien necesitara y se trabajaba en la elaboración de vacunas que podrían estar listas en cuestión de semanas”, lo que es mentira, porque el envío de equipos de detección se detuvo por las fallas, no se envió suficiente equipo a hospitales y apenas se analiza la elaboración de vacunas, que podrían tardar de uno a dos años.

 

 

FALTA DE PLAN Y ERRORES IMPIDEN RESPUESTA RÁPIDA

La suspensión de recursos a programas del CDC que ordenó el Presidente al asumir el poder, la falta de planificación y equipo necesarios para confrontar este tipo de epidemias, generaron una cadena de errores y equivocaciones que impidieron una respuesta rápida y eficaz, como la que se vio cuando los brotes de zika y Ebola, con el expresidente Barack Obama.

 

El 13 de febrero -bajo intensa presión-, Trump reconoció el peligro; Alex Azar, secretario de Salud, envió su discurso para anunciar el monitoreo de síntomas similares al Covid-19, a departamentos de Monitoreo de Influenza en Atlanta, Chicago, Nueva York, Los Angeles y San Francisco, que exigieron suavizar el tono, porque no estaban preparados, no fueron informados de los planes y los detectores de coronavirus no funcionaron.

 

Durante un viaje a la costa oeste, el vicepresidente Mike Pence reconoció que el Gobierno “no tiene el equipo necesario”, mientras en una visita de trabajo Trump, usando una gorra con el logo de su campaña por la reelección, mintió de nuevo asegurando que “quienquiera someterse a pruebas puede hacerlo” con una orden médica, lo que ha sido desmentido por trabajadores de la salud que piden ser examinados para saber si pueden continuar atendiendo a pacientes sin el riesgo de infectarlos.

 

 

TRUMP CAPITALIZA COVID-19 CON FINES POLÍTICOS

Durante semanas que eran vitales para contener el brote y expansión de Covid-19 en Estados Unidos, experimentados científicos debatieron sus planes y estrategias, contra la visión política e instrucciones del Presidente, quien busca justificar su falta de acción y de capitalizar acciones para su reelección.

 

Los científicos responsables de la salud luchan por mantener un difícil equilibrio haciendo su trabajo honesto y transparente, pero evitando la confrontación con el mandatario.

 

De acuerdo con algunas fuentes, mientras el presidente Trump continua mintiendo, asegurando que “personas infectadas con el coronavirus se recuperan rápidamente y regresan a trabajar” y que el número de casos está a punto de cerrar en cero”, funcionarios de salud pública tratan de prepararse para la siguiente etapa, conscientes de que el virus de expande sin control, por la indiferencia de Trump y sus asesores, que constituyen el mayor obstáculo de este nuevo desafío.

 

“Sabíamos que esto venía, pero el Gobierno solo levantó los pulgares, mientras el coronavirus entraba, a diferencia de otros gobiernos del mundo, sin hacer lo que es preciso en estos casos: realizar pruebas para saber quién y en dónde hay gente en riesgo”, señala William Hanage, científico retirado.

 

De acuerdo con analistas, en la lucha contra el incontenible avance del coronavirus, la “pseudo-ciencia”, ignorancia y comentarios irresponsables de Trump, que debilitan la información real, contradiciendo a los mas reconocidos expertos y generan más pánico en los mercados financieros, y sus inexpertos y escépticos asesores que aseguran que “el coronavirus desaparecerá milagrosamente en la primavera”, se han convertido en el más grande obstáculo para proteger adecuadamente al pueblo estadounidense.

 

 

 

 

 

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