La ya conocida y precaria situación financiera de Pemex, de Octavio Romero Oropeza, parece que en realidad sí podría tener una solución; lo anterior siempre y cuando la 4T se decida adoptar proyectos como el que impulsa el Sindicato Nacional de las Empresas Productivas del Estado, Petróleos Mexicanos, Subsidiarias y Filiales, mismo que contempla, entre otras cosas, incorporar a los 120 mil trabajadores como socios corporativos de la petrolera. El organismo que dirige Eliel Flores Ángeles, y que se conoce comúnmente como el SNEPE, asegura que, al incorporar a sus empleados como accionistas, Petróleos Mexicanos recibirá una inyección anual de recursos por alrededor de 100 mil millones de pesos adicionales; los mismos que durante administraciones anteriores se entregaban como cuotas al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y, para ser más específicos, a Carlos Romero Deschamps.

Por el lado de los trabajadores, el beneficio será palpable porque recibirían cada año sus correspondientes utilidades operativas, tal como lo hace un accionista que invierte su dinero en el negocio de su preferencia, pero con la ventaja de que en esta ocasión estará fortaleciendo su propia fuente de trabajo y, de paso, transparentando o haciendo palpables las cuotas que en el pasado desaparecían en los fideicomisos creados durante el periodo neoliberal. Hablamos de que el proyecto de Flores Ángeles, además de materializar el rescate de la empresa más emblemática para el presidente Andrés Manuel López Obrador, generaría beneficios económicos y sociales para alrededor de 600 mil familias que, directa o indirectamente, dependen de Petróleos Mexicanos; además de que, más simbólico aún, la compañía pasará, por lo menos en términos corporativos, a ser propiedad nuevamente de los mexicanos, lo cual es uno de los principales objetivos de la Cuarta Transformación.

Voz en Off

Sedema malinterpreta ley sobre manejo de bolsas de plástico, ya que parece que una cosa es lo que se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México del 2 de enero de 2020 y otra cosa es la que interpretan en la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) a cargo de Marina Robles García. Ocurrió que a inicio de año se publicó en dicha Gaceta el nuevo Reglamento de la Ley de Residuos Sólidos en donde se prohíbe el uso de bolsas para acarreo o tipo camiseta, excepto las que contengan por lo menos un 50% de material reciclado post-consumo y garanticen ser reciclables en un 100%. Pero, como ha sucedido en muchos casos, algunos funcionarios de la Sedema malinterpretaron la publicación. En esta ocasión fue la directora de Evaluación e Impacto Ambiental de dicha dependencia, Andreé Lilian Guigué, quien salió a decir que las únicas bolsas de plástico que se permiten son aquellas para empaquetar cárnicos o lácteos. Pero no, eso es incorrecto, aclaró la Organización a Favor de la Economía Circular del Plástico (OFECP), la cual mostró que en la Ley de Residuos Sólidos de la capital del país claramente dice que las bolsas que se permiten son aquellas necesarias: “por motivos de inocuidad, salud, salubridad, sanidad, que prevengan el desperdicio de alimentos, uso médico y seguridad de otros productos; siempre y cuando, no tengan una alternativa tecnológicamente viable”. Es decir, las excepciones van mucho más allá de los cárnicos y lácteos que citó la funcionaria y aplica para una gran mayoría de alimentos y uso médico. ¿Será que en la Sedema no saben ni lo que aprobaron o están interpretando la ley como ellos quieren? Ojalá que pronto se pongan de acuerdo en el gobierno de Claudia Sheinbaum porque esto solo está causando confusión entre comerciantes de todo tipo y afectaciones a productores y consumidores finales…

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