Las botas militares son lo de hoy. Las comenzamos a ver con pantalones holgados, como el complemento perfecto de un abrigo para los días de frío y con una gabardina será el toque rudo para un outfit monocromático, ya sea casual o de negocios o incluso el toque rudo para ese vestido delicado o falda de negocios.

Es complejo acreditar su origen en alguna cultura, ya que podemos encontrarlo en España de la edad media como botas de borceguí; éstas se ajustaban al tobillo con agarre y estabilidad y eran  usadas por el Ejército.

Las botas militares o tácticas tienen características específicas en su diseño como la atura en los tobillos, una cinta en la parte posterior para poderlas calzar, su lengüeta es fuerte, la cubierta exterior es de piel combinada con materiales sintéticos muy resistentes, herrajes metálicos y sus cordones o agujetas sintéticas reforzadas en las puntas, en la parte de la puntera llevan casquillo, la altura de la suela es un poco elevada.

En su hechura tienen el mínimo de costuras y plantillas que amortigüen el paso muy absorbente, entre otros detalles.

Lo último en tecnología es un recubrimiento invisible que hacen eternas las botas militares, es una capa de iones unida molecularmente, es imperceptible, las hace impermeables y es térmica, lo que mantiene cómodos los pies.

Este tipo de tendencia muy difícilmente se la veremos a una persona de estilo tradicional, romántico o elegante, a no ser que estén realizando un trabajo en el campo o laborando en una actividad industrial.

Pero será muy común que observemos a los demás estilos llevar al trabajo con un outfit delicado y en los pies rematando con botas tácticas. Pueden ser desde las clásicas al tobillo, hasta las de paracaidista que son más altas, o las de tanque, que llevan broches en lugar de agujetas, o cualquier variante con suela gruesa, lisa o con figura para mayor agarre.

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