Fue poeta, sacerdote trapense, escultor, maestro, político y revolucionario que derrocó dictaduras. Ernesto Cardenal, nacido el 20 de enero de 1925 en Granada, Nicaragua, era considerado el segundo poeta nicaragüense más importante después de Rubén Darío.

En 1954 participó en un movimiento armado que intentó asaltar el Palacio Presidencial, que fue conocido como la Rebelión de Abril. En 1956, cambió el rumbo de su vida, resolvió ingresar al Monasterio de Nuestra Señora de Getsemaní, en Kentucky, Estados Unidos.

Tomó parte activa en la Revolución Sandinista en julio de 1979 y se convirtió en ministro de Cultura en el nuevo gobierno, posición desde la cual patrocinó talleres populares de poesía y teatro.

En 1983, el entonces Papa Juan Pablo II realizó su primera visita a Nicaragua y aunque había pedido que ningún sacerdote que ocupara un cargo en el gobierno sandinista estuviera presente en el aeropuerto, Cardenal –entonces ministro de Cultura- asistió a la recepción.

Cuando el pontífice se acercó al poeta, éste se quitó la boina y dobló una rodilla para besar el anillo papal, pero Juan Pablo no lo permitió y levantando su dedo índice le dijo “usted debe regularizar su situación con la iglesia”, pero Cardenal no contestó y el Papa repitió la amonestación.

Sobre la escena, que quedó grabada por las cámaras del mundo como una reprimenda, el poeta dijo que no había tomado como reproche lo dicho por el Papa, sino como una invitación, pues en ese tiempo los sacerdotes hacían caso omiso a las órdenes de sus superiores de abandonar sus cargos políticos.

El 18 de febrero de 2019 el Papa Francisco firmó el perdón para el sacerdote nicaragüense y se le facultó nuevamente para poder oficiar todos los sacramentos de la iglesia católica.

Francisco notificó a Ernesto Cardenal el levantamiento de la suspensión “a divinis” que le había sido impuesta por Papa Juan Pablo II.

Cardenal renunció a su militancia en el FSLN en 1993, a escasos tres años de la derrota en las urnas de Daniel Ortega.

 

LEG