Esta semana iniciaron en el Senado de la República las mesas de trabajo de alto nivel en las que se discutirá la reforma para regular la subcontratación. Se trata de un espacio en el que participan legisladoras y legisladores de todos los grupos parlamentarios, funcionarios públicos, integrantes del sector empresarial, representantes sindicales, así como una gran diversidad de agrupaciones que de alguna manera se encuentran vinculadas a este proceso de cambio.

A través de este ejercicio plural y transparente se discutirán cada una de las modificaciones propuestas a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley del Seguro Social para, de manera coordinada, reformar la subcontratación, de modo que los derechos de las y los trabajadores mexicanos no puedan ser violentados, que cuenten con las semanas de cotización justas y con la protección social que merecen. Se busca también evitar la simulación del uso de la subcontratación para defraudar al erario, comportamiento de algunas empresas que fue tolerado por autoridades pasadas.

Los cambios deberán considerar, a su vez, que existen empresas que utilizan la subcontratación de manera correcta. Muchas de ellas dependen de su uso para su correcto funcionamiento y para mantener sus niveles de productividad. Con esto en mente, las modificaciones se tendrán que enfocar en tres aspectos principales: 1) proteger los derechos de las y los trabajadores; 2) evitar, sancionar y prevenir los comportamientos ilegales de quienes hacen uso incorrecto de la subcontratación, y 3) sentar las bases para que las potenciales ventajas de la subcontratación puedan ser aprovechadas por las empresas que la necesitan.

Este proceso de diálogo constante, abierto y plural propicia dos reflexiones importantes. La primera es que el Senado de la República tiene la firme convicción, por primera vez en muchos años, de escuchar todas las voces, de discutir a profundidad todos los temas a partir de bases objetivas y, sobre todo, de restablecer la comunicación y la confianza con todas y todos los miembros de nuestra sociedad. Se trata de dejar de ser un Senado lejano e inalcanzable, como lo era antes, para convertirse en un órgano dinámico y accesible en el que todas aquellas personas que tengan algo que decir y aportar puedan hacerlo.

La segunda reflexión es que desde el Senado estamos participando en la separación entre el poder político y el económico, la cual generó que prácticas como la subcontratación, lejos de cumplir su función, sirvieran como mecanismos para que unas cuantas personas se enriquecieran a costa de la mayoría. Además de este esfuerzo, durante la presente legislatura se han construido otros mecanismos, como los diseñados para evitar la emisión de facturas falsas y la creación de empresas fantasma, que igualmente pretenden terminar con las prácticas corruptas que sólo favorecieron la concentración de la riqueza en pocas manos.

En todos los ejercicios de Parlamento abierto y mecanismos similares que se han realizado, cada uno de los sectores involucrados ha tenido representación, lo cual habla de la voluntad que existe en esta legislatura para respetar la pluralidad de opiniones. Así, con base en este principio, en el Senado de la República estamos dando pasos importantes para llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país.

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