Eduardo del Río

María Esther, compañera de mil batallas, mujer honesta y dedicada a su trabajo. Rosa María, mi madre, siempre interesada en la cultura. Alma Rosa, mi hermana, empeñada en salir adelante desde temprana edad. Tiana, mi hija, luchando todos los días por ser mejor. Abril, mi hermana, reportera comprometida con el oficio periodístico. Como decenas de amigas, colegas y familiares, ellas han decidido apoyar el movimiento en favor de la mujer.

Ninguna podría ser tachada de conservadora, fifi, feminazi, fakeminista o cualquier otro calificativo como los que han surgido en los últimos días a raíz del movimiento El nueve ninguna se mueve, convocado originalmente por la organización veracruzana Brujas del mar. Son, como millones de compatriotas, mujeres comprometidas y trabajadoras que buscan mejores condiciones de equidad, respeto y seguridad.

La movilización prevista para el próximo lunes 9 de marzo, que busca generar mayor conciencia sobre el grado de inseguridad en el que se encuentran decenas de miles de mujeres y para exigir igualdad de oportunidades, no tiene ningún trasfondo político o desestabilizador, ni está apoyado por partido alguno.

Desafortunadamente, en las más recientes protestas realizadas en la Ciudad de México, grupos de encapuchadas han irrumpido para hacer destrozos en la vía pública y dañar el patrimonio nacional, en un intento por desvirtuar el movimiento feminista, sin que se sepa cuál es su origen.

Otra lamentable condena a la iniciativa en favor de las mujeres proviene, sorpresivamente, del propio Gobierno y de algunos de sus aliados. Sin embargo, otras distinguidas miembros del gabinete, como la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, o la subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Cancillería, Martha Delgado, han expresado su simpatía y apoyo a la iniciativa.

Obtener provecho político de esta protesta o descalificarla desde cualquier tribuna es carecer de la sensibilidad y empatía necesarias para atajar uno de los principales retos que, como país, enfrentamos en la actualidad. Si se tratara de encontrar a los responsables de tal situación, el término todos sería el más adecuado para obtener una respuesta. Gobiernos surgidos de los múltiples partidos a nivel federal, estatal y municipal, legisladores, iniciativa privada, medios de comunicación y familia como el más elemental núcleo social forman parte del problema, pero también de la solución.

Qué mejor escenario para el próximo lunes 9 de marzo, pleno día de la convocatoria, que un llamado presidencial a un gran acuerdo nacional, en el que todos los sectores antes mencionados, fueran convocados, en un acto de unidad, a trabajar, juntos, para encontrar la salida a este gran reto que hoy nos tiene divididos. De que se puede, se puede.

Segundo tercio. Fue en Islandia, en 1975, donde surgió el primer paro nacional de mujeres. Mismos movimientos han tenido lugar en Polonia (2016), Argentina (2016) y Estados Unidos (2017). México se suma a esta propuesta vanguardista.

Tercer tercio. Nuestro país ha escapado, hasta el momento, del Coronavirus. Sin embargo, de acuerdo con autoridades y especialistas, estaríamos tan solo a unas semanas de que esta nueva cepa alcance territorio nacional. ¿Estamos preparados para atender una eventual crisis de este tipo?

                                                                                                                                        @EdelRio70

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