Los efectos del Covid-19 o coronavirus en la economía mundial tuvieron ayer su primera aparición estelar.

La caída en las bolsas de valores del mundo, incluida la mexicana, alertan sobre el contagio inminente de economías que incluso no han reportado un enfermo en su territorio.

La Organización Mundial de la Salud alertó ayer a los gobiernos para prepararse para una pandemia mundial, debido a que el virus ya dejó víctimas en varios países fuera de China, la cuna del mal.

El Gobierno mexicano asegura que el país “está preparado’’ para enfrentar las consecuencias clínicas y económica que podría provocar el Covid-19, pero la declaración en lugar de tranquilizar a la comunidad, la pone más nerviosa.

En el aspecto clínico, el país pasa por una de sus peores crisis de desabasto, atribuida por el Gobierno a un complot de laboratorios y distribuidores de medicamentos quienes, según la narrativa oficial, se niegan a dejar un esquema de corrupción que les dejó cientos de miles de millones de ganancias.

Cierto o no, lo que le interesa al paciente es que haya medicamentos cuando los necesita, no cuando concluyan investigaciones o licitaciones “buenas’’, que solo han retrasado la entrega de los mismos hasta por un trimestre, en el mejor de los casos.

Los propietarios de laboratorios aseguran que el desabasto tiene que ver también con la negligencia de la Cofepris y de su titular, José Alonso Novelo Baeza, quien se ha negado a firmar los permisos de importación de las materias primas necesarias para la producción de medicamentos.

Novelo Baeza es médico cirujano egresado de la Universidad de Yucatán y en su hoja de servicio oficial, la que aparece en el sitio web del Gobierno mexicano, destaca que ha sido Director Médico del Instituto Médico Quirúrgico y Presidente de la Asociación de Porcicultores del Sureste.

En la parte económica, el país está paralizado.

La economía decreció 0.1% en el 2019 y a estas alturas del año seguimos sin conocer el famoso Programa Nacional de Infraestructura, ese que iba a detonar la inversión y el empleo en todo el país para conseguir que este año, ahora sí, la economía crezca por encima del 2 por ciento.

Cuando la influenza AH1N1 pegó a México, en el 2009, el PIB cayó 6.5% a tasa anual.

La caída de la economía china podría tener un efecto dominó en el mundo del que no estamos exentos.

¿De verdad estamos preparados?

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La primera reunión de “alto nivel’’ que se realiza en el Senado con la participación de empresarios, líderes obreros, académicos, abogados y legisladores de todas las bancadas para tratar de consensuar una iniciativa para la regulación del outsourcing, sirvió para que todos pusieran sus cartas sobre la mesa:

Los empresarios aseguran que sobrerregular la actividad iría en contra del mercado laboral y del crecimiento económico.

Los dirigentes sindicales dicen que los empresarios abusaron de la figura para escamotearles derechos a los trabajadores y evadir al fisco.

Y los legisladores, dependiendo del partido, están de acuerdo en ambas posiciones.

La moderada es la de Ricardo Monreal, quien aseguró que debe encontrarse una legislación que impida que los empresarios evadan al fisco y conculquen los derechos de los trabajadores del sector, que serían, según el senador, unos 8.2 millones en todo el país.

Solo la cantidad de trabajadores de empresas de outsourcing puede darle la magnitud correcta al tema de legislar el outsourcing.

No está nada sencillo, por más “buena voluntad’’ que los participantes dijeron tener.