Foto: Twitter/@Danial_Akhmetov Una multitud enojada se congregó allí a primeras horas del jueves, alarmada por la vista de camas adicionales que fueron entregadas a un hospital  

El gobernador de una provincia kazaja que limita con China dijo el jueves que buscaría la deportación de docenas de trabajadores chinos para calmar los temores de la población local al coronavirus, informó el sitio web de noticias Dalanews.kz.

La nación de Asia Central cerró su frontera con China después del brote, pero hasta ahora no ha hecho ningún movimiento contra los chinos que llegaron allí antes.

Danial Akhmetov, gobernador de la provincia del este de Kazajstán, hizo la promesa de deportaciones durante una reunión con residentes de la región de Zaisan adyacente a China, según Dalanews.

Una multitud enojada se congregó allí a primeras horas del jueves, alarmada por la vista de camas adicionales que fueron entregadas a un hospital en medio de los rumores de que las autoridades planeaban recibir pacientes con coronavirus desde el otro lado de la frontera.

Akhmetov trató de calmar a los lugareños diciéndoles que no había tales planes y que los preparativos eran parte de un plan nacional para garantizar que hubiera instalaciones disponibles en todas partes para poner en cuarentena a aquellos con sospecha de infección.

Pero la multitud exigió que las autoridades deportaran a 42 trabajadores chinos involucrados en la construcción de una carretera internacional en el distrito, a pesar de que habían llegado a Kazajstán meses antes.

“Dame tres días, esto es un asunto de asuntos internacionales”, se escuchó a Akhmetov acosado contándole a una multitud de cientos de personas en un video publicado por Dalanews. “Las 42 personas (chinas) volverán a casa”, dijo Dalanews, según lo citó.

Un tribunal kazajo tendrá que aprobar las deportaciones.

China es uno de los mayores inversores y socios comerciales de Kazajstán, rico en petróleo. Pero la “campaña de desradicalización” de Beijing en la provincia de Xinjiang, que vio a muchos kazajos étnicos en campamentos, y los temores de virus han avivado el sentimiento anti-chino en Kazajstán.

EFVE