@osdtagle

Después de varios años el Poder Judicial de la Federación se lanza a elaborar un proyecto de reformas, que sin duda hacen falta para el mejor funcionamiento de la impartición de justicia. No se puede dejar de destacar que la reforma planteada por el ministro Arturo Zaldívar es la más importante desde 1995, fecha en la que se creó el Consejo de la Judicatura Federal.


La reforma planteada es sin duda un trabajo de varios años del ministro Zaldívar, pues desde que era abogado litigante impulsaba darle mayor fuerza de tribunal constitucional a la Corte, desde entonces hablaba de la necesidad de reformar la Constitución en lo que hace al poder judicial, la Ley de Amparo y la Ley Reglamentaria del artículo 105 constitucional.


Lo curioso es que lo que ayer planteó el ministro no es una reforma estructural en el sistema de justicia, reforma que hubiese puesto en jaque al poder judicial, su autonomía e independencia. La reforma planteada es mucho más de fondo y seguramente en su aplicación será de mayor operatividad para ministros, jueces y magistrados.


De acuerdo al propio ministro Zaldívar en su exposición de motivos de la propuesta, los jueces federales no siempre se conducen con la ética, profesionalismo, independencia e imparcialidad que deberían observar en sus funciones.


“Muchas veces sucumben ante intereses mezquinos. Los cargos que deberían ocuparse por méritos, se otorgan a familiares y amigos en un afán por exprimir los recursos públicos antes que servir a la justicia. El sistema de carrera judicial no ha sido exitoso para asegurar que quienes lleguen a ser juzgadores sean las personas más honestas y mejor preparadas.
Tampoco se ha podido desterrar la corrupción, sino que, por el contrario, la endogamia y el amiguismo han producido redes clientelares muy arraigadas, en las que se trafica con plazas, se intercambian favores, o peor aún se pone precio a la justicia”.


Pero, veamos ¿qué es lo que viene? Ahora la intención será fortalecer el rol de la Suprema Corte como Tribunal Constitucional a través de la reforma al párrafo noveno del artículo 94 constitucional. Esto significa que se intenta que la Corte enfoque sus energías únicamente en los asuntos más relevantes para el orden jurídico nacional.
Por ejemplo, como protectora de la Constitución las jurisprudencias que emite la Suprema Corte juegan un rol de suma importancia. Sin embargo, la forma en que actualmente se integra la jurisprudencia entorpece su desarrollo, pues se requiere de cinco sentencias en el mismo sentido para que el resto de órganos tomen en cuenta los precedentes.


Lo que se propone ahora es que el Alto Tribunal avance a un sistema de precedentes en el que las razones que justifiquen las decisiones, compartidas por una mayoría calificada, sean obligatorias para todos los órganos jurisdiccionales sin necesidad de que sean reiteradas en cinco jurisprudencias.


Otros ejes importantes en esta propuesta son que se consolidará una verdadera carrera judicial para todas las categorías, a las que se acceda por concurso de oposición. Y situación importante será que se limitará la discrecionalidad de los nombramientos otorgados por jueces y magistrados, para garantizar que sólo se otorguen a los vencedores en los concursos.