Los analistas lo habían previsto, se había insistido en ello desde diversos sectores y el dato fue confirmado ayer: la economía mexicana registró, en 2019, un decrecimiento de 0.1% con respecto al año anterior. Los resultados, dados a conocer por el INEGI la mañana de este jueves, pronto se convirtieron en noticia y ésta fue rápidamente interpretada por los expertos de México y el mundo.

El consenso indica que, al menos, dos factores se conjugaron para alcanzar esta situación: una contracción en el gasto público y una disminución de los flujos de inversión. La primera se explica por una decisión de reacomodar las prioridades en la materia, lo que habría provocado una reducción de al menos 4% hasta el pasado mes de noviembre.

En materia de inversión, decisiones como la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto generó incertidumbre entre los capitales, quienes aún no se explican cómo se decidió la suspensión de esta obra cuando tenía un avance de 30%.

Asimismo, pesó en el ánimo de las inversiones la determinación de suspender los beneficios de la reforma energética, aunque los más de cien contratos asumidos a la fecha serán respetados, de acuerdo con el director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero.

Una de las preocupaciones de los analistas radica en el comportamiento de la actividad industrial, que, de acuerdo con lo reportado por el INEGI, registró un quinto trimestre consecutivo en números negativos y tuvo una caída anual de 1.7%.

Para 2020, las perspectivas de las principales agencias son moderadas, con una variación de 1 y 1.6%, baja para un país como México, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, existen aún factores domésticos y externos que dan un respiro al país. Con tres años consecutivos de superávit primario, una reducción de la deuda con relación al PIB, un crecimiento de la masa salarial de 6%, un incremento de 20% de las exportaciones en los últimos tres años, una tasa de inflación sorprendentemente baja, un peso fuerte, la adopción del T-MEC y crecimiento económico en Estados Unidos, nuestro país puede aún confrontar, para este año, los retos que forzosamente se irán imponiendo.

Esta semana, el presidente López Obrador anunció la composición de un Gabinete para el Crecimiento Económico, encabezado por Alfonso Romo, y que tendrá como tarea fomentar las inversiones y coordinar la construcción del Tren Maya y el Tren Transístmico, los planes de infraestructura acordados con la Iniciativa Privada y los más de cien proyectos que serán presentados en febrero próximo.

Si se toma la figura del vaso a la mitad, habrá, como sucede en estos casos, dos visiones: quienes lo vean medio lleno y aquellos que lo señalen como medio vacío. Lo importante serán las decisiones que se tomen a lo largo del año para que el mentado vaso llegue a los niveles que el país necesita para alcanzar el desarrollo anhelado.

Segundo tercio. Estados Unidos registró un crecimiento de 2.3% en 2019 con respecto a 2018, año en el que su incremento fue de 2.9%. Todo por la innecesaria guerra comercial con China. Mal dato para Trump en año electoral.

Tercer tercio. ¿Cómo explicar la fuga de tres importantes reos del Reclusorio Sur? Si es que hubiese alguna.

                                                                                                                          @EdelRio70