@guerrerochipres

Este martes el Observatorio Nacional Ciudadano, una organización cuyos objetivos, al menos en lo que respecta a reportar incidencia delictiva con una robusta perspectiva analítica, son paralelos a los del Consejo Ciudadano para Seguridad y Justicia, presentó el análisis de seguridad de 2019, a la par de la actualización de su plataforma.

Dicho reporte analiza un problema que no puede ser ignorado bajo ninguna óptica. La violencia, en todo el territorio nacional, alcanzó uno de sus puntos críticos en meses recientes. No es necesario enumerar los ejemplos concretos o el grave daño a familias enteras.

La crisis ha sido tratada por la prensa internacional tal como hace años sucedió con la degradación de Colombia o Miami. No se trata de registros inéditos, sino de un fenómeno preciso: la violencia se ha condensado de forma paulatina en México.

En la capital nacional gobernada por Claudia Sheinbaum, en importante contraste, si se compara diciembre de 2019 contra diciembre de 2018, disminuyeron robo a pasajero a bordo del Metro, a transeúnte y secuestro en porcentajes superiores al 40%, aunque permanecen otros como robo a cuentahabiente, que es combatida de manera consistente por la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Son resultados mixtos que, en comparación con el cúmulo predominante de negativos del trienio 2015-2018, es una buena noticia que necesita ser acompañada pronto por la percepción general.

El Observatorio señala con claridad algo con lo cual coincidimos: en dos terceras partes del país la inseguridad ha alcanzado niveles graves, el homicidio doloso está presente ominosamente en 400 municipios. En 2015 eran mil 271 municipios donde había, mínimamente, un homicidio; en el presente son mil 640, por ejemplo.

La crisis en materia de homicidios que atraviesa Guanajuato es colosal: tan sólo este fin de semana alcanzó 20% de los homicidios que se cometen a nivel nacional. Ayer en su conferencia mañanera, el Presidente reconoció que estas cifras “se salen de lo normal”.

Un análisis complementario entre las cifras del Observatorio y el Consejo Ciudadano puede arrojar una óptica de contraste con los delitos del interior de la República y los de la capital. El descenso es claro a nivel nacional y local en distintas modalidades de robo.

En la capital, de acuerdo al más reciente reporte DI SI, publicado hace unos días y que compara diciembre 2019 con el mismo mes de 2018, el robo tuvo estos descensos: con violencia, menos 41%; a transporte público, reducción de 39%; a bordo de pesero colectivo, menos 38%; a vehículo con violencia, menos 36% y a casa habitación, menos 10%.

El fenómeno de la seguridad admite muchas lecturas. En cuanto a la cultura de la denuncia es muy amplio, y poderoso, lo que puede y debe promoverse.