La nota no es el boleto de la rifa del avión, sino la confirmación de que el desabasto de medicamentos es consecuencia de la pésima aplicación del nuevo formato de compras consolidadas de parte de la Secretaría de Hacienda.

Hace unos días comentamos en este espacio lo que se confirmó, luego de la publicación de un memorando de la oficial mayor de la Secretaría de Hacienda, Thalía Concepción Lagunas, enviado al director de administración del IMSS, José Antonio Olivarez Godínez.

En el documento se explica, como informamos aquí, que los medicamentos comprados en noviembre pasado no llegarán a los hospitales, federales o estatales, hasta marzo próximo por lo que los directores de los nosocomios o los secretarios de salud de los estados tendrán que arreglárselas para abastecerse de donde puedan.

Le comentamos aquí que los directores de los hospitales tenían la posibilidad de prorrogar por tres meses los contratos vigentes con sus proveedores actuales, hasta que el suministro de medicamentos desde la Federación se regulara.

Lo que agrega el documento hecho público ayer, es que tal prórroga tenía que hacerse con los precios fijados por la Secretaría de Hacienda en la licitación de noviembre pasado, so pena de cometer un delito.

Ahí hay un problema con el que los directores de los hospitales han tenido que lidiar, pues en muchas claves -o medicamentos-, los precios fijados por Hacienda son tan bajos que los proveedores se niegan a surtirlos a ese costo.

Como quiera que sea, el Gobierno ya no puede seguir ocultando su responsabilidad ni culpando al pasado o señalando actos de corrupción a diestra y siniestra, cuando está claro que el desabasto es real y tiene su origen en una deficiente operación del nuevo esquema de compras consolidadas.

Ojo, que no nos den el avión.

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Los nueve gobernadores del PAN insistieron en sus postura de no adherirse al nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

Los panistas aseguraron que buscarán que su propuesta alternativa sea evaluada por el Gobierno para poder pactar bajo dicho esquema.

Dicho en pocas palabras, no quieren aventarse a ciegas, como lo hicieron los gobernadores del PRI, hasta no saber qué es lo que implica adherirse al Insabi en términos económicos y de autonomía administrativa.

Está pendiente una reunión con el presidente López Obrador, a ver si los puede convencer como lo hizo con los tricolores.

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Se supone que el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), a cargo de Guillermo Santiago, tiene como función “hacer políticas públicas en favor de los jóvenes mexicanos’’ y lo único que ha hecho en más de un año es grilla.

Y barata, por cierto.

En días recientes Santiago realizó comentarios en redes sociales que molestaron a los dirigentes juveniles en los estados, que han comenzado a agruparse para pedir una explicación y una disculpa.

Los dirigentes estatales acusan que el Imjuve no tiene timón, no hay reglas claras de operación y que el Instituto lo que más ha hecho son ruedas de prensa, presentaciones y foros “donde impera el discurso ideológico.

Se apoya a municipios en donde gobierna Morena pero no a los que son gobernados por un partido distinto.

Acusan, además, que ha desaparecido el programa que identificaba al Imjuve como el concurso nacional de debate.

Bueno, cómo estará el asunto que el programa estrella del Gobierno “Jóvenes Construyendo el Futuro’’, está en manos de la Secretaría de Trabajo y no del Imjuve, como era de esperarse.

Por algo será.