El torneo de Liga en México se divide en dos partes: la regular o de calificación como la nombra un servidor y la definitiva o Liguilla. Es por ello que las primeras cinco fechas permiten a los equipos y técnicos tantear las cosas para saber el camino a recorrer, sin embargo, en Cruz Azul ya no hay tiempo para nada.

Es increíble que después de dos jornadas, sin iniciar la Concachampions en la máquina celeste la cosa está que arde y francamente las soluciones parecen difíciles de encontrar.
Para nadie es un secreto que los cementeros han logrado temporadas donde el título de campeón prácticamente se les negó. Han tenido muy buenos planteles y buenos jugadores, con títulos de Copa, pero la Liga desde 1997 no llega.

Y hoy parece más lejos que nunca y la razón es simple: estalló ya toda la problemática interna, porque a pesar de que ya son varios años de grandes problemas en la Cooperativa y de movimientos en la directiva, el equipo lograba competir y perder como se hizo costumbre hasta llegar a ese feo término de “cruzazulear”.
Ese pleito que llevó a la salida de Peláez, el regreso de la vieja guardia a la directiva, el intento de Guillermo Álvarez de darle un orden inexistente a este equipo lo lleva a un inicio de torneo malo.

Contrataron a Jaime Ordiales para tratar de salvar la nave, volvieron a reforzar tarde, parece no haber fe ni buena comunicación en Siboldi. Agregué que el cierre del torneo pasado ya fue muy malo y así se metieron en un tobogán.
Siempre se hacía la pregunta: ¿afectará a los jugadores todo lo que sucede con los de pantalón largo?

Pues ahora esta más claro que nunca. Jugadores de calidad, con historia como Corona, Pablo, Aldrete, Orbelin, Elías, cabecita, entre otros simplemente no caminan, así tengan la seguridad de muy buenos y cumplidos sueldos.
Parece ser que el director técnico Siboldi fue ya rebasado por todo el entorno. El equipo no logra un funcionamiento.
No soy partidario de cambios de técnicos tan rápidos, ni me gusta que la gente pierda sus empleos, pero quizás sea Siboldi el que pague todos los platos rotos, de un equipo que está sin pies, ni cabeza, arrastrando una gran tradición y dejando a sus aficionados en la desesperación.

El cambio de técnico puede ayudar simple y sencillamente, para que junto con Ordiales puedan crear una especie de burbuja aislada de todo el desastre directivo y vuelvan a motivar al plantel, que espera a sus refuerzos.
La plantilla no es mala, en números es de las mejores de la competencia, pero esta fastidiada. Está metida en un problema mental que parece no tener solución con la dirección actual, que trabaja, que intenta, pero simplemente no logra motivar, ni convencer.

Digo esto por lo mostrado en la cancha, porque es muy notorio y francamente no lo merece su afición, que es noble, que torneo a torneo, que juego a juego tiene la ilusión de volver a brillar, pero está claro que muchos ya prefieren encerrar su pasión en su corazón y ya no estar en el estadio.

Solución a nivel directivo no la hay. El equipo será de los Álvarez y sus formas hasta donde ellos puedan seguir al frente de la misma Cooperativa y por lo tanto del equipo.
Será una semana muy difícil en La Noria, quizás le den una semana más a Siboldi, pero parece que él será quien pague el desastre cementero.