En una democracia, un grupo de personas que es parte de otro grupo más grande, elige quién gobierna. Y como los que emanan de este mecanismo necesitan (por diversas razones) reelegirse o, en el caso mexicano, ayudar a que su partido siga ganando, ofrecen beneficios directos a aquél grupo que los ha hecho ganar antes.

Esta es la lógica electoral de los programas sociales de López Obrador. Como él obtuvo 30 millones de votos, hará el mayor esfuerzo posible para darle algún dinero o beneficio tangible a esa porción, o por lo menos acercarse. No es casualidad, por ejemplo, que la meta de beneficiarios puesta por la secretaria del Bienestar, María Luisa Albores, sea subir de 20 a 23 millones los beneficiarios de algún programa federal (controlado por López Obrador, pues) en este sexenio (La Jornada, 12/11/2019).

 

Este principio es explicado con mayor claridad por Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith, en su libro de 2011 “El manual del dictador”. Los autores, tras un denso análisis histórico, insisten que, tanto en contextos democráticos (como el mexicano) como en autocráticos, “pagarle a los partidarios, y no un buen gobierno o el representar la voluntad general, es la esencia de gobernar” (p. 25). En otras palabras, repartir dinero o beneficios específicos, es lo que mantiene en el poder a un gobernante o a su partido.

Claro que estos apoyos no son gratis. López Obrador espera que estos se traduzcan en votos para que MORENA gane los cargos que controlan los dineros, y así sus aliados puedan, a escala, también pagar a sus partidarios. Pero ojo: los otros partidos también quieren espacios, así que, en la subasta democrática que serán las elecciones venideras (p. ej. gubernaturas y diputaciones federales en juego en 2021), es probable que la oposición ofrezca jugosos beneficios para competir con los del presidente.

 

En este sentido, Bueno de Mesquita y Smith no se andan con rodeos. Para ellos, “los retadores tienen éxito cuando ofrecen mejores recompensas que el gobierno” (p. 42). Bajo esta lógica, PAN, PRI, PRD y MC, o las eventuales alianzas entre ellos, deberían ir viendo que van a ofrecer, además de, claro, mucho más dinero en transferencias.

Salgámonos de la caja: ¿transporte público gratis?, ¿que el gobierno te pague los 15 años de tu hija?, ¿smartphones regalados?, ¿vales para gasolina gratuita?, ¿parrandas públicas cada semana?, ¿boletos a partidos de fútbol?, ¿un auto nuevo para cada familia?, ¿que el gobierno te pague los regalos navideños y de cumpleaños?, ¿subsidiar la cerveza?, ¿alimento gratuito para tus mascotas?, ¿cadena perpetua al que se oponga a estas medidas? El único límite no es ni siquiera la cartera pública, que puede rellenarse con deuda, sino la gran ambición de personas muy pequeñas.

 

 

@AlonsoTamez