Foto: Cuartoscuro/Archivo El fenómeno que se repite cada año, es conocido como Condición Santa Ana o Vientos de Santa Ana  

Los incendios de 2019 en Baja California dejaron un saldo de tres personas muertas y más de 14 mil hectáreas afectadas en los municipios de Ensenada, Rosarito, Tecate, y Tijuana, de acuerdo a la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).

Estos siniestros fueron ocasionados por los intensos vientos que suelen afectar a la región entre los meses de octubre y noviembre de cada año. Sin embargo, en el 2019, los vientos superaron los 105 kilómetros por hora, aunado a que no se habían presentado lluvias, provocaron incendios que se propagaron de forma rápida.

El fenómeno que se repite cada año, es conocido como Condición Santa Ana o Vientos de Santa Ana y de acuerdo con especialistas, se originan como resultado de la presión del aire en elevadas altitudes de la Sierra Nevada y en las Montañas Rocosas, en los Estados Unidos.

La gran masa de aire es empujada por la gravedad, hasta la tierra baja que la envuelve, y cruzan a lo largo del desierto del Mojave y Sonora, donde se va haciendo un viento caliente y seco.

Esta combinación entre viento y el calor que se registra en octubre y principios de noviembre en la península de Baja California, convierten a los matorrales de las zonas agrestes en combustible para el fuego.

Además, de reunir todos los elementos para propiciar grandes incendios que son muy difíciles de controlar, la Condición Santa Ana también es causa de enfermedades, ya que los vientos arrastran polvo, esporas, polen y todo tipo de agentes contaminantes en el cuerpo humano.

Es por lo anterior, que durante las fechas en que se registran estos vientos se recomienda cubrir las vías respiratorias con cubrebocas, además de utilizar lentes para proteger la zona de los ojos, y evitar infecciones.

Lluvia de Cenizas

Uno de los episodios más devastadores que dejaron a su paso por toda la región de California y Baja California, tuvo lugar en 2003, donde los vientos quemaron casi 3 mil kilómetros cuadrados, en sólo dos semanas.

En aquel año, los vientos ocasionaron incluso cortes de luz, sin embargo, lo más inusual fue que en Tijuana se registró la caída de partículas de ceniza.

Fue la mañana del 26 de octubre de 2003, cuando una nube inmensa de humo cubrió casi toda la ciudad, y los habitantes registraron la caída de ceniza.

Lo anterior, fue el resultado de la combustión de extensas porciones de vegetación que habían sido arrasadas desde California hasta la península de Baja California, incluso se podían observar los incendios al sur de la Unión Americana desde las zonas altas de Tijuana.

En ese tiempo, las autoridades emitieron diversas recomendaciones a la población para evitar afectaciones a la salud, además de que hubo escuelas que prefirieron no impartir clases.

El lado positivo de los Vientos de Santana

Un estudio del investigador Armando Trasviña, denominado Santa Ana winds and upwelling filaments off Nothern Baja California, precisa que el polvo arrastrado por los vientos, se deposita en el mar, ayudando a los procesos de sedimentación y favorece la producción de hierro, el cual enriquece la capa superior del mar.

También señala que esto provoca que las aguas profundas, muy ricas en nutrientes, suban a la superficiefertilizando la capa superior de los océanos, de acuerdo al estudio de Trasviña, que fue publicado en la revista Dynamics of Atmospheres and Oceans, en 2003.

Las afectaciones en 2019

Los incendios provocados por los intensos vientos del año pasado, obligaron al cierre de escuelas, así como de la autopista Tijuana-Ensenada, ya que se registraron siniestros en los cerros aledaños.

Más de 23 viviendas fueron carbonizadas por el fuego, y resultaron afectadas más de 11 mil personas en cuatro municipios de Baja California.

En Tijuana, los vientos ocasionan incendios en zonas habitacionales, por ejemplo; al menos cuatro viviendas fueron consumidas por las llamas en la colonia La Sierra, y al menos 15 casas más resultaron con daños parciales en la colonia Camino Verde.

Sin embargo, el daño mayor se reportó en el municipio de Ensenada, donde el fuego arrasó con más de 8 mil hectáreas, mientras que en Tecate, fueron más de 3 mil hectáreas, y Rosarito con más de 300 devastadas, informó en su momento la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Solidaridad

Durante esta temporada de incendios, la solidaridad de los bajacalifornianos se hizo presente, personas que se dedican a la venta de alimentos, llevaron comida a los lugares donde los bomberos combatían el fuego.

De igual forma una empresa gasolinera, regaló combustible a las pipas o unidades tipo cisternas que transportaban agua para ayudar a sofocar los incendios, en los cuatro municipios de la entidad.

La solidaridad también vino de otros estados del país, ya que bomberos de cinco estados apoyaron en las labores a los tragahumos locales. La Comisión Nacional Forestal (Conafor), informó que bomberos de Sinaloa, Sonora, Durango y Nayarit, se sumaron a los trabajos en Baja California.

El 29 de octubre la Conafor informó que los grandes incendios habían sido sofocados al cien por ciento.

La Conafor, informó que de enero a noviembre de 2019, la superficie total que resultó dañada por incendios en Baja California fue de 24 mil hectáreas, de la cual un 59 por ciento es vegetación de tipo arbusto, 34 por ciento de tipo herbácea, y solo 5 por ciento de zona de árboles.

 

EFVE